(Nota de Prensa)
BUENOS AIRES, 12 DE ABRIL DE 2016.- El espectro radioeléctrico es el insumo esencial para la oferta de servicios móviles, sobre todo si el objetivo de las autoridades de regulación es promover la adopción de banda ancha por medio de tecnologías como LTE. La importancia del espectro radioeléctrico es reconocida por la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), entidad que sugiere la entrega a los operadores móviles de 1720 MHz de espectro para 2020 para viabilizar un alto desarrollo de las tecnologías de banda ancha móvil.
Asimismo, numerosos estudios académicos han encontrado una relación directa en el incremento en la adopción de servicios de banda ancha y el crecimiento de la economía del país. En otras palabras, es importante adjudicar espectro radioeléctrico para la oferta de servicios móviles de banda ancha para impulsar el desarrollo económico del país.
Ante esta realidad, 5G Americas considera que los procesos de adjudicación de espectro radioeléctrico deben tener como objetivo promover la adopción de nuevas tecnologías y con criterios que respondan a la realidad local de cada mercado.
En el caso de Perú, la propuesta de precio base para cada uno de los tres bloques de 15 + 15 MHz de la banda de 700 MHz de US$ 284.700.000 refleja un valor en dólares por MHz por habitante de US$ 0,30. Este número se obtiene de tres variables: precio mínimo asignado al bloque de espectro radioeléctrico, su tamaño y la cantidad de población en el mercado objetivo. La ventaja de hacer este cálculo es que permite hacer comparaciones con procesos de adjudicación de espectro en otros países.
Cuando se procede a comparar el valor de US$ 0,30, el precio base fijado por las autoridades peruanas está por encima de los precios finales pagados en otros mercados como Argentina (US$ 0,274) y Brasil (US$ 0,201), quienes subastaron frecuencias de la banda de 700 MHz (también conocida como dividendo digital) a finales de 2014.
Adicionalmente, hay que considerar que los procesos de adjudicación de espectro radioeléctrico en 700 MHz en Brasil y Argentina presentaban a los postores condiciones aún más atractivas para hacer ofertas más altas por la adquisición de espectro. Por ejemplo, tanto Argentina como Brasil poseen un ingreso per cápita promedio superior al de Perú y representan un mercado potencial para servicios móviles mucho más grande al tener mayor población. Asimismo, en el caso específico de Argentina el precio de la subasta fue impactado por el hecho de que en ese país no se había adjudicado espectro radioeléctrico para servicios móviles desde finales de la década de los noventa en el siglo pasado.
Esta comparativa descarta dos proyectos de adjudicación del dividendo digital, Chile y México, debido a que el primer país adjudicó el espectro con base en un concurso de belleza —una metodología de adjudicación que prioriza parámetros diferentes a los puramente económicos— y el segundo dedicará la banda a una red mayorista de servicios móviles. En ambos casos las autoridades de regulación centraron sus esfuerzos en fomentar una rápida expansión de cobertura en el uso del bloque de espectro adjudicado en lugar de hacer un proceso puramente recaudatorio que tenga como objetivo maximizar los ingresos que puedan obtenerse de una subasta. Lo importante en ambos casos es acelerar la adopción de nuevas tecnologías; la consecuencia natural es que tanto en Chile como en México el precio exigido a los operadores es inferior al precio mínimo de MHz por habitante de la subasta de 700 MHz establecido por las autoridades del Perú.
Incluso al tomar en cuenta otras subastas que comprenden frecuencias por debajo de 1 GHz, el precio base del dividendo digital de Perú se ubica por encima de todos los casos recientes en América Latina.
Si bien el costo del MHz por habitante solicitado por Perú como precio base es inferior a los precios de mercado de las subastas del dividendo digital en América del Norte, Australia y Europa[1], debe tomarse en cuenta que el ingreso promedio por usuario mensual (ARPU) es notablemente inferior. En otras palabras, si bien mercados en Europa y América del Norte reflejan precios de MHz por habitante más altos que Perú en las subastas correspondientes, los operadores reciben en estos países una mayor renta por suscriptor en promedio.
Fijar un precio base alto impide la participación de más actores interesados, creando una barrera por el que sólo algunos de los operadores establecidos pueden ofertar por las frecuencias. En cambio, precios base más reducidos pueden permitir que haya más competidores y que el proceso de subasta determine, mediante la oferta y la demanda, un valor de mercado real por la competencia generada por el concurso.