Internet de las Cosas (IoT) es una red de objetos, máquinas, dispositivos y personas que se encuentran interconectadas para intercambiar datos entre aplicaciones y servicios inteligentes. Este tipo de comunicaciones presentarán fuerte crecimiento en los próximos cuatro años, proyectándose entre 20.800 millones y 38.500 millones de dispositivos IoT conectados para el año 2020, según indica el reciente reporte “Internet de las Cosas en América Latina” de 5G Americas.
Esta transición afectará no sólo a las telecomunicaciones en sí misma, sino a un gran número de diferentes mercados verticales, economías, y esferas de la vida humana. El riesgo de que una regulación excesiva, o pobremente diseñada, podría desacelerar las enormes oportunidades de crecimiento de IoT en la región. Por ese motivo, es necesario que todo el ecosistema de actores dialogue y colabore con los reguladores acerca de este importante avance tecnológico”, indicó José Otero, Director de 5G Americas para América Latina y el Caribe.
Internet de las Cosas implica una arquitectura compleja cuyo desarrollo resultará de la interacción de dos áreas complementarias, como lo son el desarrollo tecnológico del mercado y la regulación. Cada una de estas esferas tiene una amplia variedad de actores interesados, tanto públicos como privados. Dada la temprana etapa en que se encuentran estos desarrollos tecnológicos, es de máxima prioridad que estos actores trabajen en conjunto para identificar regulaciones que no dificulten la innovación, dada la naturaleza de IoT y sus aplicaciones, asegura el reporte.
El documento señala que algunas cuestiones regulatorias de los sistemas IoT y su impacto en las personas y la economía son, en ciertos casos, familiares para los reguladores de telecomunicaciones, como pueden ser la administración del espectro radioeléctrico, licencias, estándares, certificación de equipamiento y dispositivos y competencia. Otros aspectos, sin embargo, caen en las esferas de otros reguladores u organismos, como la protección de la información, la privacidad y la seguridad.
En este contexto, existen distintas posiciones a nivel regional e incluso nacional. Algunos sectores sostienen que la intervención del Estado no es recomendable para una industria que está comenzando a desarrollarse, mientras que otras voces señalan que la regulación es importante para generar confianza pública y garantizar competencia de mercado.
La Internet de las Cosas requiere de una visión integral para una posible regulación. Aunque su plataforma se base en las telecomunicaciones, su inclusión en diferentes economías y mercados verticales requiere un enfoque cauteloso. Es aconsejable que los mercados latinoamericanos comiencen a dar sus primeros pasos en la Internet de las Cosas sin una regulación específica.
Informe: Internet de las cosas en América Latina – 5G Américas
Fuente: Diario TI