- Uruguay quiere promocionar su capital como destino arquitectónico
La capital uruguaya es una de las mejores ciudades a nivel mundial para apreciar el estilo Art Decó. Con solo caminar unos pocos kilómetros por su zona céntrica y su casco viejo podemos contemplar ejemplos notables de esta experiencia internacional que vivió su apogeo entre 1925 y 1940. Herreria, vitrales, carpintería, adornos en bronce y un manejo volumétrico muy especial son algunos de los elementos que integran de manera singular el Art Decó. A través de la aplicación presentada, los usuarios podrán encontrar la ubicación y datos de las construcciones pertenecientes a esta corriente.
El 28 de noviembre se presentó en el Centro de Fotografía, un proyecto dirigido por el arquitecto Federico Giuria y apoyado por la embajada de Suiza en Uruguay, para el desarrollo de una aplicación de Art Decó montevideano. La presentación se realizó en el ex bazar Mitre de 18 de Julio y Convención, un ejemplo singular de art déco en el planeta, con su fachada completamente vidriada. La creación de la app surge a partir de la visualización de la capital uruguaya como destino vacacional por su contenido arquitectónico.
El catálogo de edificios art decó de Montevideo contiene ubicación, reseña histórica e imágenes de unas 2.000 edificaciones. El ejemplo a seguir en este camino es la realidad turística de Miami, destino que difunde una de las colecciones más extensas de arquitectura art decó del mundo.
En Uruguay no solo en la emblemática Ciudad Vieja podemos encontrar ejemplos de este tipo de arquitectura, entre las construcciones que menos se divulgan podemos destacar la Torre de los Homenajes del Estadio Centenario, del arquitecto Scasso, aunque algunos le adjudican rasgos del expresionismo holandés muy acentuados. De todos modos, las enormes alas que tiene implican un recurso decorativo «stream line», (en español también conocido como estilo aerodinámico).
Otro ejemplo es el ex Hotel Bristol y ex Riviera, ubicado en Carrasco. Fue increíblemente construido, según proyecto del arquitecto Juan M. Delgado, en 1925, año de la Exposición de París que dio lugar al estilo y la estética del art déco. Se destaca por sus líneas matizadas por curvas en balcones, pretiles y barandas, y el empleo de motivos ornamentales.
Con un planteo diverso pero con puntos en común, en otros edificios emergen en los techos las torres, torreones o mástiles, como el que da nombre al clásico edificio náutico de Avenida Brasil y Benito Blanco en el barrio Pocitos, de los arquitectos Gonzalo Vázquez Barriere y Rafael Ruano, inaugurado en 1932 y famoso además por el bar Expreso Pocitos de su planta baja.
El Palacio Tapié, ubicado en Palermo, obra del arquitecto Francisco Vázquez Echeveste es de 1934 y asimismo suma elementos del art déco aun cuando domina una realización racionalista.
Entre muchos más, deslumbra en la Plaza Independencia el Palacio Rinaldi (de fines de la década de 1920), con su fachada en donde se destaca la herrerÍa, los revoques con bajorrelieve o las cornisas y remates.
Se puede decir que Montevideo entró a la modernidad de la mano del art decó. El estilo cayó muy bien a los arquitectos montevideanos que proyectaban en la década del 20, que hasta entonces estaban acostumbrados al estilo neoclásico y el sincretismo historicista de edificios públicos y residencias de gran porte, y a nivel popular con pequeñas adaptaciones a la clásica casa vieja de orígenes hispanos con dos balcones a la calle y patios con claraboya.