- La evolución a nuevas plataformas digitales puede combatir este problema al manejar el dinero de una forma más inteligente.
En la actualidad se tiene la creencia que cada día es más difícil mantener las finanzas personales en orden. La mayoría de personas gasta parte de sus ingresos en compras invisibles, innecesarias o también conocidos como gastos hormiga. Estas compras contemplan cajetillas de cigarros, café, botellas de agua, taxis o transporte a través de aplicaciones digitales y propinas.
Estos desembolsos inconscientes representan una fuga de recursos que pueden hacer inaccesibles los proyectos financieros personales. Afortunadamente, en el mercado han surgido nuevas opciones para manejar el dinero de una forma más inteligente, por lo que llevar el mejor control de las finanzas es indispensable.
Si se tiene claridad sobre el monto de los gastos invisibles, éste puede convertirse en una cifra considerablemente mayor. Una alternativa es invertir esa cantidad en una red de finanzas colaborativas como www.afluenta.pe, la primera P2P Lending de Latinoamérica que es una plataforma de fácil acceso en la que las personas pueden destinar sus ingresos para obtener mayores rendimientos de los que ofrece cualquier banco, así el dinero trabajará y se multiplicará.
La clave para eliminar los gastos invisibles es identificar las fuentes de despilfarro. Alejandro Cosentino, CEO y fundador de Afluenta recomienda identificar los rubros en los que se suele gastar y listar aquellos que se pueden recortar o prescindir; adicional, explorar nuevas plataformas para hacer crecer ese dinero como Afluenta, en donde el rendimiento promedio proyectado neto de una inversión supera el 20% anual.
“No se trata de eliminar lo que disfrutamos, simplemente hay que ser más conscientes y tener en cuenta que estos gastos cotidianos y muchas veces excesivos, son los que hacen que no se pueda ahorrar o generar más dinero. Con la nueva era Fintech, ser inversor y obtener ingresos adicionales es posible para todos”, agregó Cosentino.
Todo empieza por poner en orden las finanzas, tener claro a dónde se va cada sol que se gana, y analizar el destino de la fuga de recursos para en su lugar convertirlo en un bien duradero. Al final, estos despilfarros al invertirse pueden llevar a alcanzar algo mucho más satisfactorio que un café.