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Vale la pena revisar el artículo publicado por Asha Keddy, vicepresidenta de Client and Internet of Things Businesses and Systems Architecture y directora general de Next Generation and Standards en Intel Corporation. En él, tras echar la vista atrás y recordar los primeros tiempos de la telefonía móvil vuelve a escrutar el presente para recordar la increíble evolución que ha experimentado en estos años. En aquellos tiempos solo eran capaces de establecer comunicaciones telefónicas y, solo en algunos casos, de intercambiar unos pequeños mensajes de texto que prometían ser el futuro de las comunicaciones rápidas (hablo de los mensajes SMS).
Ahora, sin embargo, llevamos auténticos ordenadores de bolsillo, que cada día nos sorprenden con nuevas e interesantes funciones. Unas funciones que dependen de los propios dispositivos y también de sus condiciones de conectividad, un aspecto en el que resulta clave la infraestructura de red inalámbrica empleada.
Lejos quedan los tiempos en los que las redes de primera y segunda generación eran más que suficiente para nuestras necesidades. Desde la llegada de 3G y, especialmente, tras la proliferación de 4G (las dos primeras generaciones en las que han tenido más peso los datos que la voz), las perspectivas en relación con la conectividad inalámbrica han crecido exponencialmente y, lo que es más importante, en este momento solo estamos empezando a imaginar los nuevos usos que van a transformar aún más el mundo para mejorarlo.
Un duro trabajo detrás
Pero, claro, esos avances no se consiguen solo con buenas intenciones, es necesario que se trabaje duro en el desarrollo del sustrato tecnológico que subyace en esa revolución, e Intel lleva ya mucho tiempo tirando del carro de 5G. A este respecto, además, podemos mencionar desde el desarrollo de componentes clave, hasta colaboraciones concretas con telcos, para que éstas realicen sus primeros despliegues.
Uno de los ejemplos más claros es la puesta en marcha de Intel 5G Mobile Trial Platform, una plataforma móvil que permite realizar pruebas de 5G en entornos concretos, con el fin de comprobar si la tecnología se adecua a ciertas necesidades. Y el último gran avance (hasta el momento) al respecto es que cada vez estamos más cerca del desarrollo inicial de la nueva nueva radio (NR) 5G, es decir, la definición del estándar del sistema de interconexión sobre el que se construirá la especificación definitiva de 5G.
Aunque todavía estamos en una fase primaria de ese desarrollo (rozando el hito inicial), y no es hasta diciembre que se espera esté completada, Intel ya se ha comprometido a hacer que Intel 5G Mobile Trial Platform sea totalmente compatible con este nuevo estándar.
Aunque todavía se siga trabajando en muchos aspectos relacionados con la definición final, la consolidación del sistema de conexión permitirá empezar a trabajar en nuevas tecnologías y servicios que dependerán de la conectividad 5G. Además, para minimizar los lapsos, una vez que haya finalizado el proceso de definición de NR 5G, la intención de la compañía es iniciar de manera inmediata su colaboración con fabricantes de equipos de telecomunicaciones para que éstos puedan empezar a producir todos los elementos y dispositivos necesarios, tanto para el despliegue de las redes 5G como, obviamente, para conectarse a las mismas.
A este respecto, la colaboración con AT&T resulta paradigmática. Los grandes avances de Intel en FPGA y en procesadores diseñados para este tipo de dispositivos permiten optimizar el rendimiento de las infraestructuras, algo fundamental a medida que empiece a crecer el ritmo de adopción de 5G. No obstante, esa no ha sido la única colaboración entre Intel y una telco, también se han realizado pruebas con operadores como Korea Telecom, NTT, Docomo y Verizon. Dicho de otra manera, las principales telcos del mundo se acercan a Intel para apoyar 5G.
Fuente: Mycomputerpro