Las personas y las organizaciones se apoyan todos los días en las redes globales para brindar acceso a internet y tecnologías de nube. Esos sistemas habilitan tareas tanto simples como complejas, desde subir fotos y buscar páginas web, a realizar transacciones bancarias y administrar logística de viajes aéreos. La mayoría de las personas están conscientes de su dependencia diaria en internet, pero pocas entienden el rol crítico que juegan las redes submarinas que abarcan el planeta en la acción de brindar esa conectividad.
La importancia de esas redes fue destacada cuando el Huracán Sandy golpeó la Costa Este de los Estados Unidos en octubre de 2012. La supertormenta devastó comunidades costeras y provocó miles de millones de dólares en daños y desactivó los servicios inalámbricos, de internet y telefónicos por días. Las inundaciones apagaron servidores, desactivaron sitios web e interrumpieron la conectividad entre sectores, desde comercio electrónico a medios en línea, lo que afectó a las comunicaciones trasatlánticas que conectan a algunas de las economías más grandes del mundo.
“Fue una gran interrupción”, comenta Frank Rey, director de estrategia de red global para la división de Infraestructura y Operaciones de Nube en Microsoft. “Toda la red entre Norteamérica y Europa fue aislada por horas. Para nosotros, la tormenta dio luz a un potencial reto en la consolidación de cables trasatlánticos que llegaran a Nueva York y Nueva Jersey”.
La supertormenta desencadenó la conciencia de que un gran evento podría interrumpir la vital línea de vida de conectividad a través del Atlántico. Como parte de sus continuos esfuerzos en impulsar la innovación y expandir la capacidad de su red global, Microsoft buscó opciones para hacer más resistentes las conexiones trasatlánticas, y se dio cuenta que los líderes en Facebook compartían una perspectiva similar.
Microsoft y Facebook acordaron asociarse en el desarrollo, diseño e implementación de un cable submarino de 4 mil millas de largo que conecta Virginia Beach, Virginia, y Bilbao, España. Telxius, la empresa global de infraestructura en telecomunicaciones, subsidiaria del proveedor de telecomunicaciones Telefónica, se unió como el tercer socio para manejar el proceso de construcción y operación del cable.
Marea, un proyecto de enormes dimensiones
Marea se trata del primer cable submarino que conecta a Virginia y España. Colocar al cable muchas millas al sur de los puntos actuales de conexión en ambos continentes, ayuda a salvaguardarlo contra desastres naturales u otros grandes eventos que interrumpen la conectividad a través del Atlántico.
Marea también es el cable submarino de más alta capacidad que cruza el Atlántico, pues provee hasta 160 terabits por segundo. Eso es más de 16 millones de veces más rápido que la conexión de internet promedio en un hogar, con la capacidad de transmitir 71 millones de videos de alta definición de manera simultánea. Adicional a esto, el punto de desembarque de Marea en Bilbao brinda una ruta conveniente hacia centros de red en África, el Medio Este y Asia, y su enorme ancho de banda ayudará a satisfacer la creciente necesidad de internet y servicios de nube.
“Marea llega en un momento crítico”, dice Brad Smith, Presidente de Microsoft. “Los cables submarinos en el Atlántico ya llevan más del 55 por ciento de datos que las rutas trans-Pacifico y 40 por ciento más que las localizadas entre Estados Unidos y Latinoamérica. No hay duda de que la demanda de flujos datos a través del Atlántico continuará en aumento y Marea brindará una conexión crítica para los Estados Unidos, España y más allá.
El proyecto resalta el creciente rol de las empresas privadas en la construcción de infraestructura del futuro. Microsoft y Facebook diseñaron el cable para que sea interoperable con una variedad de equipo de red. A través de un nuevo diseño “abierto”, el cable puede evolucionar con tecnología, lo que asegura el más alto desempeño para usuarios actuales y futuros, incluso con el crecimiento de la población global de usuarios de internet.
El proyecto requirió trazar una ruta con profundidades promedio de casi 11 mil pies y riesgos que van desde volcanes activos y zonas sísmicas, hasta arrecifes de coral. El cable, que es cerca de 1.5 veces el diámetro de una manguera de casa, contiene ocho pares de cables de fibra óptica rodeados por cobre, una capa protectora de plástico rígido y una cobertura resistente al agua. Algunas porciones cercanas a la costa están enterradas para proteger al cable del tráfico pesquero y náutico, pero para la mayoría de la ruta, el cable está colocado sobre el piso del océano.
La construcción de Marea inició en agosto de 2016, y el cable inició su camino a través del Atlántico hace 5 meses aproximadamente. El trabajo físico de fabricar y colocar el cable ya ha sido completado, y se planea que esté operativo para inicios de 2018. Desde el diseño hasta la construcción, Marea fue completado en menos de dos años – cerca de tres veces más rápido que el típico proyecto de cable submarino.