En un contexto de conectividad constante e instantánea que fragmenta dramáticamente la atención del estudiante, la enseñanza basada en el antiguo formato de conferencia que se imparte desde hace 900 años en las universidades, resulta inefectiva. Por ello, es importante que los profesores comiencen a adoptar alternativas para involucrar estudiantes en el ciclo de enseñanza, como lo es el aprendizaje activo.
Con el aprendizaje activo, el rol del maestro cambia a uno de facilitador, explorando un conjunto de experiencias de aprendizaje más colaborativas y personalizadas. Por poner un ejemplo, una investigación de la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS) determinó que el aprendizaje activo mejoró en promedio un 6% los resultados de exámenes frente a estudiantes con clases tradicionales; asimismo, que los estudiantes sin aprendizaje activo tenían hasta 1,5 veces más de probabilidad de fracasar en sus evaluaciones[1].
En adición, gracias a la transformación digital de las aulas, se ha priorizado el desarrollo de proyectos grupales y otras formas de aprendizaje activo por encima de las clásicas conferencias.
El aula tecnológica
Desde teléfonos celulares hasta computadoras portátiles y tabletas, la tecnología juega un papel muy importante en la vida de los estudiantes. Por ello, el desafío actual de la educación superior implica una combinación entre la evolución natural de los nuevos métodos de enseñanza y un tipo de estudiante con expectativas más altas: teniendo la tecnología y el compromiso social como terreno común.
“Las instituciones de educación superior, además de brindar de una manera segura las herramientas que requieren los alumnos en su aprendizaje, tienen la tarea de identificar las tendencias futuras para poder preparar a los estudiantes para los empleos del mañana” explicó Fernando Maroniene, vicepresidente de marketing de Ricoh Latinoamérica.
Para Maroniene, mejorar el proceso de aprendizaje requiere de tres canales de cambio para focalizar la innovación y obtener una educación adaptada a las nuevas expectativas:
- Experiencia colaborativa: Desarrollada mediante la interacción grupal y la exploración de diferentes perspectivas de otros estudiantes y docentes. Permite unir a los asistentes en un ejercicio de descubrimiento del conocimiento y ayuda a desarrollar las habilidades que necesitarán en su carrera profesional.
- Contenido alineado: Aunque a través de Internet se pueda realizar el intercambio de servicios e información, no es necesariamente confiable. Las herramientas como la gestión de la identidad y el acceso están diseñados para garantizar la fiabilidad para aquellos que acceden a recursos educativos como centros de datos, bases de datos, entre otros. La habilidad de compartir recursos más allá de las limitaciones del campus físico depende del manejo de la confianza, la identidad y el acceso.
- Enseñanza diferenciada: El aprendizaje en línea brinda mayor flexibilidad que los programas de un campus tradicional: la tecnología permite la flexibilidad de tiempo como también empodera a los estudiantes para revisar aquellos temas que no se comprendieron en su totalidad. Ese es el concepto de «a mi propio ritmo», en el cual el estudiante está a total control del proceso de aprendizaje.
En relación a las herramientas tecnológicas para aterrizar estos canales de cambio, actualmente, las pizarras interactivas están ganando popularidad entre las universidades, debido a su capacidad para ayudar a los maestros a mostrar imágenes, textos y videos en paneles de pantallas táctiles con altas resoluciones, convirtiendo el aula en un espacio interactivo. Además, los estudiantes remotos pueden ir de observadores a participantes activos, ya que pueden conectarse con el aula y ver la presentación o las anotaciones de los maestros en tiempo real.
Las instituciones del sector educativo tienen que considerar que su cliente es un nativo digital y percibe el mundo de una manera conectada, con expectativas diferentes a las de generaciones anteriores.
[1] Fuente: Active learning increases student performance in science, engineering, and mathematics. Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States. http://www.pnas.org/content/111/23/8410.abstract