No solo los riesgos que implica crecer en un mundo conectado representan un dolor de cabeza para los padres, también el tiempo que pasan en línea es motivo de preocupación. Como consecuencia, el 39% de los padres limita la cantidad de tiempo que sus hijos pasan en Internet con la intención de protegerlos de los peligros que este conlleva. Pero hay otras medidas que los padres pueden tomar para minimizar los riesgos y ayudar a sus hijos a aprovechar al máximo todas las cosas positivas que el mundo digital puede ofrecer.
La dependencia en las interacciones que se llevan a cabo en la Internet por parte de la generación más joven, está llevando a un tercio (35%) de los padres a preocuparse por la adicción a ese medio. Esta preocupación está basada en cifras que Kaspersky Lab y B2B International encontraron y en las que, según los padres, uno de cada diez (14%) menores de 18 años es adicto al Internet. Junto con la preocupación de que sus hijos ven contenido inapropiado o explícito (42%) y se comuniquen con extraños (39%), la incapacidad de los niños para distanciarse del mundo en línea se está convirtiendo rápidamente en una preocupación importante para los padres.
Dado a que más de la mitad de los padres (52%) siente que las ciberamenazas que pueden afectar a sus hijos están en aumento, el tiempo que ellos pasan en línea es un factor agravante para mantener a los niños seguros. Estas preocupaciones han llevado a 39% de los padres a imponer restricciones sobre cuánto tiempo pueden pasar sus hijos en Internet.
Sin embargo, limitar el tiempo que pasan en línea no necesariamente hace que los niños estén a salvo de los peligros. En un período de 12 meses, los niños en América Latina enfrentaron al menos una amenaza en línea, y uno de cada diez niños accedió a contenido inapropiado (16%) o entró en contacto con virus y programas maliciosos (11%).
Por lo tanto, una alternativa para los padres podría ser concentrarse en apoyar a sus hijos de otras maneras, como a través de la educación. Más de un tercio (41%) de los padres habla regularmente con sus hijos para enseñarles acerca de las amenazas en línea y 41% trata de supervisar a sus hijos cuando están en línea, ofreciéndoles la posibilidad de señalar cualquier amenaza que pueda aparecer y así complementar sus esfuerzos por educarlos.
“Los padres quieren mantener a sus hijos seguros, pero limitar el acceso al mundo en línea no es necesariamente la mejor manera de hacerlo. La educación y la comunicación juegan un papel importante para garantizar que los niños utilicen el Internet de manera responsable y segura», aseguró Dmitry Aleshin, vicepresidente de marketing para productos de Kaspersky Lab. «Asimismo es imperativo usar software para reforzar las defensas. Limitar el tiempo que pasan en línea es una parte clave del proceso, pero no da resultado de forma aislada. La tecnología puede ayudar a reducir los riesgos, permitiendo así a los niños explorar de forma segura todos los aspectos positivos del Internet y desarrollar sus habilidades digitales sin tener que preocuparse por las amenazas cibernéticas”.
Kaspersky Safe Kids está diseñado para ayudar a los padres a adoptar un método más eficaz para proteger a sus hijos de los peligros que acechan en línea. Con esta solución, los padres pueden optar por bloquear el acceso de los niños a ciertas aplicaciones y sitios web, o ayudar a los niños a ser más conscientes de los peligros a los que se enfrentan ellos mismos, advirtiéndoles que los sitios o aplicaciones a los que están a punto de acceder son riesgosos y pueden incluir contenido peligroso. Desde imponer límites de tiempo, hasta llevar el registro de las actividades en línea, Safe Kids puede proporcionar la capa adicional de cuidado que los padres necesitan para proteger completamente a sus hijos contra las amenazas que existen y continúan evolucionando en línea.
Visite el sitio web de Kaspersky Lab para obtener más información sobre las versiones gratuita y premium de Kaspersky Safe Kids. Para leer el informe completo de la Encuesta de riesgos para la seguridad del consumidor de 2017, visítenos en: “Not logging on, but living on”.