La adopción del Inbound Talent está mejorando sensiblemente la manera en que las empresas llevan a cabo la aproximación, la selección y el ingreso de sus nuevos colaboradores. Valorada cada vez más por los departamentos de Recursos Humanos, esta metodología consta de cuatro fases bien definidas: atraer, convertir, fidelizar y enamorar.
El proceso que denominamos Inbound Conversion es entonces la segunda etapa de la serie. Tiene como objetivo que el recién contratado asimile la cultura de la organización y se transforme rápidamente en un empleado clave, comprometido con su trabajo e integrado en su equipo.
Esta fase de conversión se inicia al momento de la firma de un contrato laboral que formaliza la relación entre el empleado y la empresa, donde quedan reflejados los deberes y responsabilidades de ambas partes que han sido previamente definidos en la fase de Inbound Recruitment.
“En esta instancia se debe prestar especial atención al desarrollo individual de cada profesional, puesto que cada uno suele tener ritmos distintos a la hora de asimilar toda la información necesaria para iniciar su nueva etapa en la compañía”, aclara Pedro Vaquero, Director General para América Latina de Meta4, líder mundial de soluciones tecnológicas para la gestión y desarrollo del capital humano.
¿Por qué es tan importante implementar de manera exitosa esta parte del proceso? Según datos referentes al mercado laboral revelados por Equifaxl, cerca del 40% de las nuevas contrataciones de las compañías toman la determinación de cambiar de trabajo en los primeros seis meses.
La lucha por conseguir el mejor talento está siendo cada vez más fuerte en todo el mundo. En este contexto, la forma en que las empresas traten a sus nuevas incorporaciones tendrá indudablemente un impacto significativo y directo sobre la decisión de permanencia o abandono del empleado.
Ante esa realidad, el fin primordial de la fase de Inbound Conversion es alinear las necesidades del nuevo colaborador y la organización para reducir ese alto porcentaje de salidas que se produce en los primeros meses e incrementar el aporte del empleado a su equipo y a la organización en el menor tiempo posible.
Teniendo en cuenta que el recién llegado proviene de la fase de atracción, es importante considerar que la fase de conversión debe mantener una continuidad y coherencia con lo que este nuevo integrante ha estado experimentando hasta el momento en su relación con la organización.
En ese sentido, para que la experiencia del empleado sea lo más gratificante y personalizada posible, se debe tener acceso a todas las acciones e información recopiladas en la fase anterior. Aquí es donde juega un rol fundamental el aspecto tecnológico, porque este cometido resultará mucho más fácil de cumplir si la empresa cuenta con una solución integrada de Recursos Humanos.