En América Latina, la factura electrónica es una herramienta prometedora para garantizar la transparencia tributaria de las empresas, mejorar sus procesos internos e impulsar su digitalización. El Perú no es ajeno a esta tendencia, por el contrario, la adopción de la facturación electrónica viene creciendo significativamente. Esta es una de las conclusiones del estudio “Factura Electrónica en América Latina”, realizado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Centro Interamericano de Administraciones Tributarias (CIAT) el último año.
Más emisores voluntarios
El análisis aborda la situación de países latinos que vienen implementando esta herramienta, como Argentina, Brasil, Ecuador, México, Uruguay y Perú. En el caso de nuestro país, el estudio determinó que 53,767 empresas facturaron electrónicamente durante el 2017, de las cuales un 89% lo hicieron voluntariamente. “Hablamos de 47,852 empresas peruanas que han adoptado este sistema porque confían en él y no porque la ley las obliga”, señala Juan Miguel Tirado, Director Regional de Marketing de Gosocket. Sin embargo, esta cifra todavía es ínfima en comparación a los 2.3 millones de empresas que existen en el Perú.
Si hablamos de la adopción masiva del sistema, otros países nos llevan gran ventaja. Por ejemplo, en Chile el 99% de las facturas que se emiten son electrónicas. “El Estado chileno lo logró implementando plataformas gratuitas, como el portal MiPyme y luego el SII, para dar acceso a los medianos, pequeños y microempresarios que no pueden costearse un proveedor privado; y dialogando con las asociaciones gremiales para mejorar su sistema de facturación electrónica”, sostiene Tirado.
Simplificación de procesos
De acuerdo al especialista, el reto para el Estado peruano es convencer de migrar a la facturación electrónica al sector emprendedor, ya que conforma el grueso del empresariado local. “Si hablamos de las microempresas peruanas, el informe concluye que estas no cuentan con un nivel de conectividad y equipamiento que les permita la implementación del sistema digital en sus negocios, por lo que este sector requiere mayores incentivos para migrar”, explica.
Cabe señalar que en el Perú se emiten casi 600,000 facturas electrónicas por día, lo que equivale a más de 216 millones al año, según SUNAT. Para el 2021 se tiene proyectado que esta cifra supere los 900 millones anuales. “Si queremos lograr esta meta se debe trabajar más en la difusión de los beneficios de la facturación electrónica, que no son pocos. Hablamos de ahorros de hasta 75% en costos por despachos, procesos, impresiones y tiempo, así como el acceso al autofinanciamiento gracias a la negociación de facturas electrónicas o factoring digital, que cada vez gana mayor popularidad”, sostiene el ejecutivo de Gosocket