Cada vez son más las compañías que adoptan métodos y procesos que mejoren el ingreso y la adaptación de un nuevo empleado. En metodologías como el Inbound Talent es muy importante asegurar que, una vez establecida la relación con la organización, el nuevo colaborador incorpore conceptos fundamentales para su trabajo y desarrollo profesional.
La empresa debe lograr que el empleado recién incorporado asimile la cultura de la organización y alcance un nivel máximo de integración en el menor tiempo posible.
Esta etapa pone especial énfasis sobre el desarrollo individual de cada profesional, ya que es importante atender a las características particulares o a los distintos ritmos de asimilación de toda la información necesaria para iniciar sus labores en la compañía.
Como ocurre con cualquier otro proceso, debe ser objeto de análisis para determinar su tasa de éxito en comparación con lo que se venía haciendo anteriormente o con los ajustes que se dispongan hacia el futuro.
Es fundamental, en ese sentido, tener acceso a esta información de manera estructurada en tiempo real, para poder detectar y aprovechar las oportunidades en el preciso momento que se hayan identificado.
¿Cuáles son en este caso los indicadores de éxito?
– Reducir el tiempo transcurrido desde la incorporación del empleado hasta conseguir su máximo nivel de productividad.
– Mejorar el impacto de las nuevas incorporaciones en el rendimiento de los equipos de trabajo.
– Incrementar el tiempo de permanencia de los nuevos empleados.
– Aumentar el nivel de compromiso.
– Proporcionar información consistente sobre el clima de la organización.
– Disponer de información actualizada de todos los empleados.
– Comprender y conocer las expectativas de los nuevos empleados.
“En estas situaciones en las que hablamos de análisis y comparación de información se percibe claramente la necesidad de contar con un sistema que nos dé soporte de manera adecuada y permita al departamento de Recursos Humanos iniciar acciones para aprovechar al máximo las oportunidades o corregir desviaciones sobre el plan de acción previsto”, advierte Maribel Cano Fernández, Latin America Marketing Manager de Meta4, líder mundial de soluciones tecnológicas para la gestión y desarrollo del capital humano.
Con toda la información recopilada, resulta aconsejable revisar periódicamente la metodología implementada a fin de detectar sus puntos fuertes y las áreas de mejora. Posteriormente, en función de las prioridades establecidas, se abordarán aquellos aspectos que puedan agregar un mayor valor al proceso bajo una visión global.
Este enfoque también deberá tener en cuenta las necesidades cambiantes de la compañía para incorporarlas de una manera efectiva, de modo que ayuden a los empleados a alinearse e identificarse con la organización que se encuentra en continua evolución.
El ciclo implementación-evaluación nunca finaliza, ya que el análisis de toda la información generada y capturada vuelve a conectar el plan de conversión con la preparación de la metodología. De este modo, se obtendrá una mejora constante en la capacidad de la organización para lograr que los empleados estén satisfechos en sus puestos de trabajo.