Hace unos días, los habitantes de la región de Valparaíso, en Chile, pudieron ver el “desembarco” de Curie: el cable submarino de Google que unirá a California directamente con la costa del Pacífico de Latinoamérica, sumándose a Tannat, cable que conecta a la costa atlántica de la región con Estados Unidos y que, juntos, integran la red que Google ha instalado en todo el mundo.
Por eso, desde muy temprano en la mañana, quienes pasaban por el sector de Las Torpederas en Valparaíso pudieron avistar un buque SubCom Durable en el mar, muy cerca de la costa. Este se encontraba rodeado de motos de agua y buzos, quienes se acercaban a la playa llevando en sus manos la fibra que conectará al cable submarino Curie con el resto de la nube pública de Google.
Curie es de los esfuerzos de Google por construir una infraestructura más segura, inteligente y de alto desempeño, señala la compañía. Para esto, Google ha invertido globalmente 47 mil millones de dólares entre 2016 y 2018, incluyendo desde centros de datos a este tipo de cables submarinos para conectar el mundo y atender a sus usuarios y a los clientes de Google Cloud.
Esta enorme red es parte fundamental la infraestructura de Google, y les permite procesar cantidades inmensas de información, en tiempo real, para alojar algunos de los servicios más demandantes del mundo y poder entregar contenido con los más altos niveles de eficiencia y disponibilidad.
Aunque este cable es uno de los trece financiados por Google e instalado en el mundo, Curie convierte a Google en la primera compañía tecnológica que –sin ser especialista en telecomunicaciones- invierte en el desarrollo de infraestructura de este tipo 100% privada. SubCom, empresa especializada en transporte submarino de datos, fue la encargada de la operación para conectar dos puntos a más de 10.000 km de distancia.