Por: Pamela Díaz Escalante, Gerente de Marketing y Alianzas de Italtel Perú & Ecuador.
Hoy en día, la transformación digital es una necesidad que integra a la tecnología en todos los aspectos del negocio y aporta a la producción del mismo. No obstante, son muy pocas empresas que toman consciencia de su gran dimensión, ya que consideran que este proceso se basa únicamente en la implementación de nuevas tecnologías, sin considerar que son solo un medio para lograr la verdadera transformación.
Un informe de Deloitte, indica que más del 25% de las empresas peruanas buscan implementar la transformación digital en sus operaciones, pero muy pocas la consiguen. Y es que, esta migración debe ir acompañada de una nueva cultura digital, que permita a la organización volverse más competitiva dentro de su sector.
Incluso las pymes pueden desarrollar una ventaja comercial, y verse igual de atractivas para los distintos clientes del mercado local y global, debido a que la innovación promueve el crecimiento, agilizar y facilitar los procesos de los colaboradores y, como consecuencia la experiencia de los usuarios finales.
El reto más importante, en este punto, es evitar la deshumanización durante la transición hacia una cultura basada en la tecnología, implementando estrategias de gestión del cambio de forma óptima. Para conseguirlo, el equipo encargado debe conocer y entender muy bien a las personas que interactúan en este proceso, incluyendo a los clientes, proveedores, partners, etc.; pues posiblemente también se encuentren en esta sucesión.
La clave está en trabajar con un partner integrador en tecnología que acompañe a la transformación de los procesos más trascendentes e involucrar a su equipo en el cambio de mindset. La tecnología no es solo una tarea del área de TI sino de todos los colaboradores, quienes deben estar involucrados desde el inicio en la definición de procesos que generan un cambio inmediato, los famosos “quick wins”.
Esto con el fin de adaptarse a las nuevas tecnologías y sacarles provecho para lograr un máximo rendimiento, evitando caer en lo que comúnmente han supuesto la mayoría de ejecutivos: la transformación digital no conlleva a la deshumanización de una organización, sino que se automatiza para humanizar los negocios y hacerlos crecer.