Ante la digitalización y la capacidad de acceso de los usuarios a miles de aplicaciones y servicios, uno de los principales miedos e inseguridades de las personas es “exponer” su información personal, ya que desconocen el uso final que tendrá la data que han brindado.
Según un informe de Kantar Millward Brown, al 70% de los usuarios no le incomoda recibir publicidad a cambio del uso gratuito de una aplicación. Sin embargo, las personas ignoran el fin de este “trueque” de intereses.
El jefe de estrategias de Zoho Corp, Vijay Sundaram, asegura que, al compartir sus datos personales en la red, el usuario no tiene conocimiento de las maneras en que su información será usada para “ajustar” la publicidad que recibe y de qué forma esta publicidad podría modificar sus hábitos de manera inconsciente. Sundaram describe estos hábitos digitales como las actividades que el usuario desarrolla usualmente al utilizar sus dispositivos.
Si bien los anuncios no acceden a datos sensibles como las conversaciones o galería, sí conocen los hábitos de uso. El especialista de Zoho afirma que, “ellos” conocen dónde, en qué momento y con qué frecuencia los usuarios suelen publicar fotos o compartir contenido. Esto recibe el nombre de “Metadatos”. A través de estos, las aplicaciones tienen conocimiento de la información general de las personas como edad, género, ubicación, registro de actividad y búsqueda.
El estratega digital sostiene que, al tener acceso a ese tipo de información, las aplicaciones pueden analizar la actividad en línea del usuario y modificar sutilmente su comportamiento a través del fenómeno “Cámara de Eco”. Esto consiste en amplificar ideas o creencias que las personas comparten por medio de transmisiones y repeticiones en un sistema “cerrado”. Es decir, aparecerá publicidad acerca de productos o servicios de su interés, reafirmando el punto vista del usuario y alejando visiones contrarias a las suyas.
Si bien esta información se utiliza para que los consumidores reciban lo que en realidad les interesa; su mal uso puede ser potencialmente peligroso, al punto de volverse una herramienta para intentar manipular e inducir posturas y/o determinados comportamientos.
Sudaram asegura que, desde el punto de vista gubernamental o empresarial existe una gran oportunidad de regulación y buenas practicas a través de softwares. No obstante, un usuario informado tiene la capacidad de discernir cuáles son las aplicaciones que hacen buen uso de su información personal, convirtiéndose así también un agente de regulación.
“Por ejemplo, en Zoho contamos con una versión gratuita de todas las aplicaciones. Sin embargo, los datos que se almacenan en nuestra compañía tienen el fin de mejorar la usabilidad, encontrar oportunidades de nuevas aplicaciones y que las compañías que utilizan nuestro software puedan crecer, mejorar su rentabilidad y que, a medida que necesiten más soluciones, puedan adquirir más licencias. Desarrollamos un esquema en el que se crezca en conjunto”, afirmó el especialista.