Por: Felipe Dreher, Subject Matter Expert (SME) para Data Center & Cloud, LatAm, Cisco
Cabeza en las nubes, pies en el suelo, muchas dudas y un largo viaje por delante. En general, este es el sentimiento de los ejecutivos latinoamericanos cuando les preguntamos sobre multicloud. Nada muy diferente de lo que ya se había imaginado. Si cada transición importante del cómputo altera significativamente los ejes comerciales, entonces pensar en integrar varias clouds con entornos tradicionales no sería una excepción a la regla.
A medida que las empresas se mueven hacia un modelo donde los servicios múltiples en la nube son una prioridad para sus negocios, la TI se ve afectada en muchos aspectos. Hasta hace poco, existía la idea de que mover todo a cloud sería una opción simple y económica. Bueno, después de la primera ola de esta revolución, se puede ver más claramente que, entre los muchos beneficios que trae la nube, la simplicidad no era uno de ellos.
La integración de datos, aplicaciones y entornos en cloud dispares con las infraestructuras tradicionales, equilibrando esto con la necesidad de administrar los costos y al mismo tiempo cumplir con la velocidad y agilidad requeridas por las empresas digitales se ha convertido en un gran desafío para las organizaciones.
Los datos mapeados por Cisco junto a los consultores de TI muestran que las empresas utilizarán un promedio de cuatro servicios de cloud pública. Estas capacidades distribuidas deberán integrarse con los data centers y entornos tradicionales para generar oportunidades y ganar en mercados cada vez más competitivos.
En América Latina, según una encuesta a nuestra base de clientes, descubrimos que las organizaciones ya están utilizando aproximadamente tres servicios en la nube en sus operaciones. Y aquí puede preguntarse: ¿Esto significa que hay una estrategia para aprovechar multicloud en la región? La respuesta es “no necesariamente”. Sin embargo, al observar el escenario latinoamericano, vemos una actitud muy racional y madura de los líderes empresariales en relación con el concepto.
El comportamiento visto aquí no difiere mucho de lo que sucede en otras regiones también. Con una evolución natural y una comprensión más clara de casos de uso, cloud ya no se considera una herramienta que resuelve todos los problemas, sino que se convierte en un recurso valioso cuando se trata de expandir y agregar capacidades agregadas dentro de un contexto de negocios.
Esta visión más madura implica cambios fundamentales en las estrategias de TI, que requieren los líderes de TI gestionen un conjunto más amplio de variables siempre cambiantes. Al reconocer que el desafío multicloud es algo más complejo que el desafío de cloud, las empresas pueden ofrecer funcionalidad y características de manera más consistente a los usuarios.
Otro punto que vale la pena mencionar es que, si bien la cloud brinda ahorros significativos de costos (¡sí!) para las empresas, los frentes de gestión y gobernanza se han vuelto más dramáticos en la operación diaria, lo que eventualmente puede limitar los resultados esperados y el rendimiento. Al comprender esto, las empresas pueden optimizar su entorno multicloud en al menos siete dimensiones: costo, rendimiento, seguridad, visibilidad, cumplimiento, experiencia del usuario y simplicidad. Y esto siempre pasa por la automatización del centro de datos.
Básicamente, y si queremos resumir, el éxito de una estrategia de múltiples nubes debería basarse en la modernización del enfoque para garantizar una mayor automatización del entorno, que tiene beneficios como la optimización de costos y el rendimiento de los recursos; consolidación de herramientas, brindando más simplicidad al funcionamiento de estos entornos distribuidos, y una visión unificada de la seguridad, que además de aumentar los niveles de protección, brindará más estabilidad a las aplicaciones e información para una mejora continua.
Hacer esta transición para desbloquear el potencial de multicloud no es una tarea trivial, pero es un futuro inevitable para cualquier organización, independientemente de su tamaño o industria. Cabeza en las nubes, pies en el suelo. El avance requiere una estrategia muy bien pensada para ofrecer una arquitectura que sea verdaderamente eficiente, dinámica y segura. Podemos reforzar la idea de que aprovechar el potencial de la nube comienza dentro de las organizaciones, con un centro de datos preparado desde la infraestructura cómputo y de conectividad hasta las capas de orquestación.