Cada vez, en todo el mundo, son más los trabajadores dependientes que empiezan la idea de emprender. La sociedad digital, además, ofrece innumerables posibilidades de innovar en emprendimientos de bajo presupuesto de inicio e infinitas posibilidades de crecimiento.
Ruth Vallenas, fundadora y CEO de TUDÚ, una start-up peruana que ofrece el servicio de “asistentes personales”, compartió en el evento Smart Innovation Perú organizado por CENTRUM PUCP en la Facultad de Sociales de PUCP, el camino que tuvo que recorrer junto a sus socios, sus aprendizajes más valiosos y algunos consejos para quienes ya están madurando la idea de tener su propio negocio en esta era digital.
- Elegir muy bien a tu equipo.
Tener el mejor equipo de trabajo es crucial. En especial saber combinar las áreas de conocimiento, formación y habilidades de cada uno de tus compañeros. Poder conversar y decirlo todo para avanzar con objetivos alineados. Hay que hacerse esta pregunta ¿podría irme a la guerra con ellos? Si la respuesta es sí, tenemos al equipo correcto.
- Salir y hacer rápido.
No hay que darle demasiadas vueltas a las cosas porque estos negocios suelen ser de ensayo y ajuste. Tener una estructura de pensamiento empresarial, o aprenderla, nos lleva a tomar decisiones prácticas y rápidas. ¿Cómo empezamos a hacer esto lo más rápido posible y -también- con la menor inversión posible? Y hacerlo. Pensar en que las cosas sean perfectas desde el principio es una locura.
- Entender cuál es tu propuesta de valor.
Es decir, qué es lo que yo ofrezco que es distinto, novedoso, útil y que haga que la gente quiera mi producto o servicio. Al comienzo, podemos obsesionarnos con ser eficientes, pero antes de lograrlo tenemos que saber perfectamente cuál será esa eficiencia que haga que destaquemos y logremos posicionarnos en el mercado. No es momento de ser eficiente, sino de conocer a tus usuarios.
- Celebra la muerte de una idea.
Cuando empezamos a innovar, es posible que nos enamoremos de ideas que al final, sabemos que no están funcionando. No seamos obstinados. Solo con la muerte de una idea permitiremos que nazca una idea nueva y mejor.
- Pregunta y pide ayuda.
El mundo de las start-ups está lleno de personas de las que podemos aprender, y también, que pueden aprender de nosotros. No hay que tener vergüenza ni recelo al preguntar a expertos o incluso o amigos.
- Elige bien en qué invertir.
A nosotros nos pasó que pensábamos en construir una aplicación, pero luego vimos que era demasiado costoso y que no cambiaba nuestro negocio ni le daba valor. Se hubiera visto linda, pero todavía no es una prioridad. Ahora mismo seguimos moviendo la palanca de la productividad construyendo procesos y tecnología que realmente ayuden a nuestros usuarios.
Finalmente, saber que estos negocios pequeños necesitan más que ninguno otro de la satisfacción total de los usuarios, pues son ellos quienes ayudarán a hacer crecer el negocio recomendándolo y usándolo con mayor frecuencia.