Por Álex Morris, Country Sales Director de Xertica.
La tecnología es un vehículo inclusivo que permite que ampliemos la base de talento en los mercados, en un pasado cercano sin tecnología mucha gente tenía que escoger su trabajo sobre la base de las limitantes que tenía, y hoy puede escoger a partir de sus fortalezas.
Si bien existe el temor que el avance de la robotización puede hacer desaparecer muchos trabajos, lo cierto es que la tecnología también crea oportunidades que antes no existían. En realidad, que el mercado laboral cambie no implica su desaparición, sino todo lo contrario: representa la evolución hacia nuevas formas de trabajo ¿Cómo esta transformación puede incentivar una mayor inclusión?
Perú ante la transformación laboral
Perú aún tiene mucho por hacer, si bien la tecnología ha avanzado para transformar los lugares de trabajo, esta debe ser acompañada de una gestión del cambio que transforme la cultura de las organizaciones y transforme, además, y sobre todo, el pensamiento de los líderes empresariales del país.
El lugar de trabajo debe mutar hacia un espacio creativo para encontrarse y cambiar ideas esporádicamente, compartir vivencias y construir relaciones, pero no debe ser un lugar donde uno pase la mayoría de su tiempo sin tener una productividad real o sin tener el balance adecuado en su vida que le permite generar el mayor valor posible a su empleador.
Las nuevas oportunidades que se están generando
Iniciar el camino hacia la migración digital genera innegables beneficios. El 90 % de las empresas encuestadas por Xertica en el estudio Estado de Transformación Digital en América Latina considera que la tecnología es esencial para mantener la competitividad. El 75 % argumenta que la adopción de herramientas digitales impactó de manera positiva en las ventas y 4 de cada 5 afirma que los trabajadores se volvieron más productivos una vez que las compañías migraron a la nube.
En tanto, la International Data Corporation (IDC) pronostica que el gasto en tecnologías de la información y comunicación (TICs) a nivel mundial crecerá un 4,5 % hasta alcanzar los USD$ 568 mil millones. Asimismo, este año, 3 millones de robots industriales se utilizarán en fábricas de todo el mundo y duplicarán el stock producido a nivel mundial en el 2014, de acuerdo con estimaciones de la Federación Internacional de Robótica (IFR). Ante este panorama, el abaratamiento de los costos por la robotización acelera la automatización y, consecuentemente, genera el temor a la desaparición de muchas ocupaciones, sobre todo, asociadas a la fuerza y a la precisión físicas.
El estudio que llevaron a cabo Frey y Osborne, dos profesores de Oxford, fue uno de los primeros en activar la alarma. La investigación anticipó que el 47 % de los empleos estará en manos de robots para 2033. Según la IFR, la baja de los costos y el perfeccionamiento de las tareas que realizan los robots los tornó más competitivos que la mano de obra humana: ya resultan más baratos que los sueldos de muchos trabajadores. Al respecto, la IFR señala que las organizaciones prevén reducir el porcentaje de empleados de tiempo completo y aumentar el de los eventuales. Quienes hoy tienen una carga laboral de ocho horas pasarán de ser un 84 % a 75 % en tres años. Del mismo modo, los independientes aumentarán de un 6 % a 8 % en el mismo período. Y en esta revolución tecnológica, los departamentos de Recursos Humanos deberán replantearse qué tipo de relación laboral van a entablar con sus colaboradores.
A pesar de lo expuesto, en este contexto, no todo es negativo. Verlo de esa manera sería ver el vaso medio vacío o solamente una cara de la moneda, ya que lo que se presenta como un problema puede convertirse en una gran oportunidad. Aunque la tecnología reemplace algunos oficios, origina otros, al igual que da lugar a nuevas formas de trabajo.
Según la encuesta Work-life 3.0, al 86 % de los participantes le gustaría trabajar como freelance, para lograr la independencia y flexibilidad de su agenda, un mejor control de sus tiempos, la posibilidad de obtener otros ingresos y un mayor equilibrio entre vida personal y laboral. Esta modalidad de contratación ya está en marcha. La figura del agente independiente cobra un rol preponderante, y se buscan los colaboradores por proyectos que mejor se adapten a las necesidades de las empresas en un momento puntual. Esto provoca cambios dentro de la organización y da lugar a una mayor inclusión, ¿Por qué?
La transformación digital implica no sólo la adopción de nuevas tecnologías, sino también un verdadero cambio cultural, que debe traducirse en un transformación de mentalidad hacia una mayor colaboración, agilidad, productividad y mejora del clima laboral. Está comprobado que con equipos diversos se consiguen mejores resultados. Con los aportes de cada uno de los miembros, se alcanza un nivel más alto de innovación, gracias a la mayor variedad de puntos de vista, perspectivas e ideas.
«En Xertica, vivimos la diversidad e inclusión de una forma muy positiva. Somos una organización que opera en América Latina y trabajamos con la multiculturalidad en el día a día, y con una población diversa en términos de edad. Esto enriquece nuestra dinámica de trabajo en equipo. Hoy, el 66 % de nuestros colaboradores son millennials, y el 11%, generación Z. En los procesos de selección, buscamos al mejor talento en el mercado que nos permita impulsar la transformación digital, sea cual fuera la procedencia del candidato», sostiene María Fernanda de la Torre, Directora regional de RRHH de Xertica.
Un desafío especial: acortar la brecha de género
En los últimos años, debido al desarrollo tecnológico, se logró acortar la brecha de género en el mundo laboral. Pero todavía queda mucho por hacer para reducir este gap, especialmente en lo que se refiere al ámbito de ciencia, tecnología, ingeniería y matemática (STEM).
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) es consciente de existencia de las diferencias que existen entre hombres y mujeres en este campo de estudios.
Mientras el 20 % de los hombres se dedica a estas carreras, solo el 6 % de las mujeres lo hace. Algo similar ocurre entre los jóvenes que aspiran a ser tecnólogos. «El doble de niños reporta expectativas de seguir una carrera de este tipo en comparación a las niñas. La proporción aumenta a 10-1 cuando se les pregunta sobre ocupaciones ligadas a TICs. Es tres veces más probable que las niñas tengan intenciones de convertirse en especialistas de la salud en relación con los niños», explica el informe.
«En la actualidad, Xertica cuenta con un número creciente de colaboradoras, tanto en áreas administrativas, donde típicamente hay una alta proporción de mujeres, como en los sectores más tecnológicos donde suele haber una menor presencia femenina. Somos el 40 % de la fuerza laboral de la compañía y el 36 % de los líderes de equipo. El 30 % de los roles superiores tecnológicos y de entrega de proyectos están ocupados por mujeres con conocimientos técnicos, certificaciones especializadas y extraordinarios logros profesionales», comenta De la Torre.
«A su vez, con nuestro compromiso de Responsabilidad Social, apoyamos a niñas de bajos recursos a emprender estudios en las disciplinas STEM. Con ejemplos e historias de vida, nuestras técnicas las inspiran a optar por estas carreras, que todavía son poco convencionales para las mujeres en nuestra región», agrega la Directora de RRHH.
Potenciar el crecimiento profesional, la oportunidad
De la mano de la tecnología, también se presenta otra oportunidad: el desarrollo de nuevas habilidades. Una encuesta de la IFR a 7,000 empleados de siete países reveló que el 70 % cree que la robótica ofrece la posibilidad de prepararse para trabajos más calificados, ya que la disrupción tecnológica exige capacitarse de forma constante y entrenar ciertas skills, sobre todo, las «blandas».
Para la OIT, «solo algunas actividades se automatizarán, lo que no necesariamente implica una pérdida del empleo». «Por lo tanto, las personas deben adaptarse a los cambios y capacitarse», sugiere. Así, pues, ¿cómo prepararse para lo que viene? La clave para una transición y una adaptación exitosas es la calidad del capital humano.
Las habilidades más requeridas, y más difíciles de reemplazar por la tecnología, son aquellas que requieren el contacto cara a cara: el liderazgo, la dirección de equipos, la reacción ante situaciones inesperadas, la capacidad de empatizar, el trabajo colaborativo en red y la creatividad.
McKinsey Global Institute sostiene que algunas organizaciones se encargarán de formar a su propio personal, mientras que otras piensan capacitar a algunos colaboradores (ejecutivos que consideran importantes dentro de la empresa) y subcontratar talento externo. De una u otra manera, habrá que entrenar el pensamiento analítico, la innovación, la comunicación, la flexibilidad, la capacidad de resolución y la organización, habilidades interpersonales que son difíciles de entrenar y, que, por eso, son un objeto codiciado por los reclutadores.
Es importante tomar conciencia que los avances tecnológicos impactan con mucha fuerza en los departamentos de Recursos Humanos de las organizaciones. Aunque aún queda mucho camino por recorrer, las bases están sentadas para que las empresas abran paso a la transformación digital y sean cada vez más inclusivas.