Por: Alex Huambachano, gerente de canales de Ezviz.
Desde su invento y comercialización, las cámaras de video vigilancia se han visto básicamente para proteger a los hogares y los negocios de posibles robos, lo cual resulta cierto y válido. Sin embargo, hoy también deben ser percibidas como productos que son clave para la prevención, no solo de hurtos sino también de accidentes domésticos o en pequeños negocios.
Otro aspecto es que un porcentaje de la población considera que se trata de productos costosos y difíciles de instalar, los cuales son dos grandes mitos por derribar. Lo cierto es que en el mercado existen distintos tipos y modelos de cámaras que son totalmente accesibles, incluso muchas de estas solo necesitan una conexión WiFi para funcionar.
Ante estas precisiones, resulta vitar que las personas comiencen a percibir a las cámaras de video vigilancia como aliados en la prevención de robos y accidentes caseros. Por ejemplo, la pérdida causada por hurtos y robos puede reducirse y hasta evitarse si los dueños de los negocios toman más precauciones, sobre todo en estos pequeños stands que aún muestran pequeñas o nulas prácticas y medidas de seguridad.
Por otro lado, de acuerdo a una encuesta realizada por Trabajando.com, el 34% de peruanos trabaja más de 48 horas a la semana. Esto indica que durante ese tiempo muchos bebés y niños se encuentran al cuidado de algún familiar, persona de confianza o trabajador del hogar, que además de vigilarlos tiene que realizar otras tareas como cocinar, limpear, entre otros.
En ese sentido, los padres que se encuentran laborando pueden ayudar a reducir posibles accidentes o situaciones de riesgo, mediante el monitoreo periodico mientras el tutor en casa lleva a cabo otras actividades. Hoy en día, hay herramientas que años atrás eran impensables y que se deben aprovechar para un buen fin como el salvaguardar la seguridad de los más vulnerables. Esto último incluye a personas de la tercera edad que son dependientes.