Como muchos otros sectores, la industria financiera ha dado un giro irreversible hacia la economía digital, como parte de su proceso natural de expansión hacia nuevos mercados y canales. Los procesos de transformación digital han abierto posibilidades inimaginables hasta hace algunos años para las empresas de servicios financieros. Sin embargo, su principal activo no ha dejado de ser el mismo: la confianza que depositan en ellas sus clientes, y la opinión pública en general.
La tendencia hacia la digitalización de los servicios financieros no es nueva. Durante años, la industria tecnológica se ha vinculado cada vez más estrechamente con las instituciones financieras, pero incluso los actores más visionarios de ambos mundos no fueron capaces de prever el impacto de la pandemia global en la aceleración de estos procesos.
En términos simples, la competencia de la banca hoy está enfocada casi exclusivamente en el mundo digital, y los índices de competencia que se aprecian en este mundo superan cualquier proyección previa al Covid-19. La fiabilidad interna de los datos ya no basta por sí sola para conducir a un banco hacia el éxito; es indispensable acelerar la calidad y los tiempos de entrega de sus servicios.
En esta carrera, el ganador no será el que invierta más dinero, sino quien lo haga de la forma más inteligente y realice las transformaciones adecuadas. Quienes piensan únicamente en acelerar el tiempo de respuesta de los equipos de TI ante los requerimientos del negocio, se están arriesgando a quedar fuera de mercado.
Según explica Alessandro Petroni, Director global de la estrategia de servicios financieros de Red Hat- compañía líder en soluciones de código abierto-, “el auge de modelos de desarrollo de software como Agile y DevOps demuestran que sólo cuando se incorpora la visión de los equipos de TI desde la base del diseño de nuevos servicios y proyectos, las empresas consiguen desarrollar todo el potencial de la tecnología para el negocio”.
El ejecutivo, que también forma parte del directorio de la Fintech Open Source Foundation (FINOS), plantea que el camino hacia una banca exitosa debe mantener el balance entre adoptar paradigmas de innovación acelerada y entregar una garantía empresarial sobre la misión crítica de la industria financiera, particularmente en puntos sensibles como continuidad de servicio, consistencia en los datos y seguridad en los procesos; ya que cada vez más desarrolladores alrededor del mundo recurren a las tecnologías de código abierto para construir la nueva generación de aplicaciones y servicios para análisis de datos financieros a gran escala, reforzar la ciberseguridad de la banca o abrir nuevos medios de pago.
Nube híbrida abierta para el mundo financiero
En base a su trabajo con industrias locales alrededor del mundo, Petroni se declara optimista al ver cómo la nube híbrida se convierte cada vez más en el estándar de infraestructura digital para la banca. Las soluciones de nube híbrida integran en un solo sistema elementos alojados en diversos servidores -públicos y privados- para obtener posibilidades infinitamente flexibles, y ajustadas a las necesidades particulares de cada institución. “Despliega en la nube privada y escala hacia la nube pública cuando necesites”, resume el experto.
El modelo de nube híbrida que Red Hat está impulsando transversalmente, explica Humberto Ballesteros, Country Sales Lead de Red Hat Perú, es un enfoque de TI orientado a optimizar la generación de valor al alinear las estrategias de entrega de aplicaciones con las capacidades del negocio. Para ello integra la nube con las tecnologías de abstracción lideradas por el mundo open source, como APIs abiertas, microservicios y contenedores, manteniendo la capacidad de interoperar con distintos proveedores como componente esencial de esta visión. “Los contenedores se desarrollaron para aprovechar la infraestructura de la nube a fin de satisfacer las necesidades de las aplicaciones nativas de la nube. Estas nubes también ofrecen una interfaz moderna basada en API y servicios de infraestructura como código”, concluye el ejecutivo.