La masificación de la facturación electrónica en el Perú ya es una realidad. De acuerdo a Efact, compañía líder especializada en servicios de facturación electrónica, este proceso aún tiene espacio para crecer, porque las empresas peruanas aún desconocen muchos beneficios que impulsarán su competitividad.
La factura electrónica es uno de los 93 documentos digitales que comprende el estándar UBL (Universal Business Language, por sus siglas en inglés) y hay espacio para perfeccionarla. Otros documentos a digitalizar son las órdenes de compra, licitaciones, cotizaciones, etc.
“Más allá de una obligación ante SUNAT, digitalizar estos procesos brindan una serie de beneficios como ahorro de tiempo, de costos, competitividad y eficiencia. Incluso la facturación electrónica tiene espacio de mejora, pues el proceso no está del todo completo en el país”, apuntó Kenneth Bengtsson, presidente ejecutivo de Efact.
El experto refirió que las empresas tienen el reto de incorporar el uso intºegral de la facturación electrónica que, si bien está masificada, el 99% de compañías no la aprovecha en toda su dimensión. “Casi todas las empresas generan el comprobante en la plataforma y luego envían el documento por mail a sus clientes, que reciben el documento para ingresarlo manualmente en sus sistemas, arriesgándose a errores propios de un proceso manual que incrementan los costos”, explicó el experto.
Según define la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la facturación electrónica está completa cuando la información se envía y recibe de forma estructurada a través de un sistema digital.
El sistema de facturación electrónica, ya sea proporcionado por un PSE o por la misma SUNAT, ofrece la posibilidad de recibir los comprobantes en la misma plataforma, eliminando todo proceso manual que implica tiempos y costos adicionales, explica Bengtsson, quien agrega que cuando las empresas completen el procedimiento de envío y recepción de documentos a través de una infraestructura digital, recién accederán a la totalidad de beneficios de esta tecnología.
Digitalizar completamente la facturación en el país brinda un beneficio tangible para las compañías. De acuerdo a la ONU, recibir un comprobante físico cuesta S/ 21.60, mientras que el recibo digital implica un costo de solo S/ 7.30.
Este reto es el mismo que afrontan los países de la región. En América Latina es clave impulsar la digitalización de estos procesos para impulsar la competitividad y la economía de cada país.
«En Europa y Estados Unidos están trabajando en que todos los documentos que forman parte de los procesos se integren en los sistemas electrónicos. Perú no puede ser la excepción, y ya comenzamos a crecer en la curva de digitalización», puntualizó Bengtsson.