Por John Ávila, Experto en innovación en seguridad para Empresas de Motorola Solutions
El estrés hídrico provocado por los efectos del cambio climático se está haciendo sentir con fuerza en vastas zonas de América Latina, lo que ha movilizado esfuerzos de los gobiernos locales, agencias multilaterales y empresas relacionadas con esta industria. Todas abocadas a cuidar este recurso esencial y asegurarse que fluya en la cadena de suministro sin contratiempos.
Los datos son reveladores. Según los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) del PNUD, la escasez de agua afecta a más del 40% de la población mundial; más de 40 países experimentan hoy estrés hídrico y 10 de ellos están a punto de agotar su suministro de agua dulce renovable, dependiendo de fuentes alternativas. El aumento de las sequías y la desertificación están empeorando estas tendencias. Las estimaciones apuntan a que una de cada cuatro personas se verá afectada por escasez recurrente de agua al 2050. Los aumentos de población significan que podría necesitarse un 120% más de agua.
Lo más grave para nuestros efectos, es que varios de los países más afectados por este fenómeno corresponden a nuestro continente. Aunque parezca un contrasentido, Colombia, por ejemplo, es uno de los nueve territorios del mundo con mayores recursos de agua, pero un tercio de su población urbana está afectada por estrés hídrico, debido al cambio climático y el crecimiento demográfico. Según estudios realizados por el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales de ese país, 391 municipios ya están expuestos al riesgo de escasez de agua.
Además, persisten deficiencias considerables en los servicios de agua: La cobertura del abastecimiento de agua gestionado de manera segura es de 73% a nivel nacional (40% en las zonas rurales) y la cobertura del saneamiento gestionado de manera segura a tan solo el 17%.
Perú es uno de los países más ricos del mundo en agua, el problema se encuentra principalmente, en la distribución desigual de este recurso. Según la Autoridad Nacional del Agua, el volumen anual promedio de agua en Perú es de 1´768172 millones de metros cúbicos, lo cual podría hacer pensar que el país no presenta ningún problema en el abastecimiento de este recurso; sin embargo, el 97,27% de la disponibilidad de agua está distribuida en la Sierra y Amazonía.
Como consecuencia del cambio climático, el Perú ha perdido el 53,5 % de su superficie glaciar en los últimos cincuenta años, lo que plantea el problema sobre nuestras fuentes de agua para el futuro. Los glaciares alimentan de agua a veinticuatro cuencas hidrográficas ubicadas en once regiones, pero todos los glaciares por debajo de los 5 mil metros habrán desaparecido para el 2030. La costa peruana, que tiene el 65% de la población del país y solo el 2% del porcentaje de agua de las cuencas, sufriría el estrés hídrico que se viene.
En este panorama, ¿cómo la tecnología puede hacer un aporte contundente para que un recurso esencial pueda llegar a los usuarios sin contratiempos?
Los problemas de inseguridad para esta cadena de valor, principalmente se relacionan con las amenazas a la infraestructura. Normalmente estamos hablando de infraestructura crítica ubicada en páramos y represas, es decir lugares alejados con personal acotado, lo que las hace foco de robos, vandalismo, sabotaje.
El concepto de “servicios públicos seguros” surge para re imaginar todo el potencial de la tecnología y aplicarlo de forma inteligente, a partir de la adopción de un ecosistema ‘integrado’ que permita todo este flujo de información en tiempo real, brinde análisis y, finalmente, facilite una rápida toma de decisiones para toda la cadena de valor del servicio y un sistema que prevenga, proteja y active la respuesta en momentos críticos.
Para el caso del suministro del agua, el mayor desafío de la integración consiste en la variedad de sistemas y tecnologías utilizados en la cadena. Radios que no se comunican con teléfonos móviles, imágenes que no se pueden compartir entre diferentes dispositivos, redes opuestas, fallas de conectividad, extensos tiempos de análisis y, en consecuencia, largos tiempos de respuesta, lo que conlleva a situaciones casi siempre críticas. La información debe fluir como el agua, es decir, donde se necesita y en tiempo real.
Afortunadamente, la pandemia no detuvo la innovación y lo que antes era un obstáculo se ha convertido en un puente. A través de la solución Radio Alert los radios digitales hoy pueden interoperar con soluciones de video, haciendo posible un ecosistema de tecnología realmente integrado que permite reconocer eventos importantes, anticipar acciones y ayudar a prevenir situaciones antes de que sucedan.
Las soluciones inteligentes de video seguridad se han vuelto cada vez más necesarias pues permiten tener ojos en la cadena sin necesidad de estar en el punto del incidente de manera presencial. Si una cámara realiza una detección- ya sean cámaras fijas o corporales, hay medios de análisis que combinan esos datos, medios que reportan la información ya procesada de forma inteligente y medios que actúan para notificar a los equipos y solucionar el problema, si es que lo hay. En otras palabras, permiten que la cadena operativa del suministro opere de manera integrada y coordinada.
La integración de las tecnologías también aporta beneficios predictivos, lo que significa una mayor seguridad para garantizar que se gestionen de manera rápida los problemas, desde los más sencillos hasta los más complejos, antes de que se conviertan en incidentes.
El agua es oro y el ecosistema de Motorola Solutions nos permite abordar el recurso desde cuatro pilares: Supervisar y proteger las instalaciones —sistemas de estanques siempre amenazado por crecidas, aluviones e, incluso, atentados—; analizar y monitorear lo que ocurre en extensas instalaciones con áreas de seguridad, espacios públicos, equipos críticos, visitantes, proveedores y personal; comunicar para mantener a sus equipos conectados e informados de las alertas críticas, y responder, ya sea ante un incidente de todos los días o una situación de emergencia.
A medida que se va agotando este recurso es necesario repensar la operación del suministro de agua y llevarla a un siguiente nivel con la ayuda de la tecnología. El ecosistema de tecnologías bajo el concepto de “Seguros Públicos Seguros” proporciona la seguridad física y la eficiencia operativa necesarias para garantizar que la información fluya como el agua, donde se necesita y en tiempo real.