Por Ramón Montañez, Director de Estrategia Internacional, Mercados Emergentes de Motorola Solutions
La percepción de seguridad por parte de los ciudadanos es incluso tan importante para una ciudad como la seguridad en sí misma, pues además de impactar su gobernabilidad, afecta su atractividad en materia de inversión y por tanto su desarrollo económico.
En América Latina la percepción de seguridad ciudadana es aún un gran desafío. Los ciudadanos en nuestros países se sienten inseguros en sus ciudades y esa percepción de inseguridad en lugar de tender a bajar en las estadísticas, tiende a crecer. Así lo indicó el Informe de Ley y Orden realizado por la firma Gallup, donde se evidenció que tan solo menos de la mitad de la población latina, es decir un 49% de los encuestados, se sienten seguros en sus ciudades, mientras que el promedio mundial es de 71%.
Este contexto demanda entonces el desarrollo de evidencia legítima que permita fortalecer la percepción de seguridad en la población y es acá en donde la tecnología juega un rol fundamental. Las cámaras corporales o bodycams se han posicionado como una herramienta fundamental en la captura y registros de incidentes, lo que además de constituirse en información de valor para un mayor conocimiento situacional, es evidencia neutral de los incidentes y está cada vez más avalado como material probatorio en el orden judicial. De allí que más del 60% de los ciudadanos aseguren sentir mayor sensación de seguridad en sociedad cuando se utilizan tecnologías avanzadas de video, según el estudio “Consenso por el cambio” de Motorola Solutions.
Las cámaras corporales- que pueden ser usadas en el uniforme de los oficiales de seguridad pública, emergencias y orden metropolitano, como Policías, agentes de tránsito y bomberos– facilitan la documentación de eventos en tiempo real, tanto de forma previa, como durante y posterior al incidente, así, actúan como otro “par de ojos” que cuidan y registran que se cumpla la ley. Gracias a esto brindan imparcialidad y transparencia en su material documentado, protegiendo la cadena de custodia y operando como evidencia de valor en cualquier proceso judicial. Esto se traduce en un aumento de la confianza ciudadana.
La habilidad de grabar los hechos e interacciones de un incidente a través de las bodycam permite que la información sea compartida con centros de comando y control y se utilice para la toma de decisiones. De esta manera aporta mayor conocimiento situacional para que la Policía o agencia, tome decisiones de manera ágil, eficiente y certera.
La información recolectada por estas cámaras no se puede manipular, editar o compartir en dispositivos externos, para mayor seguridad y protección. El material se puede reproducir las veces que sean necesarias de manera controlada para revisar evidencia crítica y hacer un análisis post-incidente, guardar la información valiosa y desechar lo que sale sobrando.
A nivel mundial ya es una marcada tendencia el uso de cámaras corporales para fines de seguridad ciudadana. La Policía de Alemania, Francia, Malta, Reino Unido, Rumanía, Carolina del Norte en USA, Carabineros de Chile y MetroRio en Brasil son solo algunas de las entidades que ya cuentan con estas soluciones, poniendo la video seguridad como vehículo de confianza.
Así pues, la tecnología adecuada puede ayudar a que la percepción de seguridad se incremente y con ello la calidad de vida de sus habitantes. El ciudadano que se siente tranquilo caminando por las calles de su ciudad, es un ciudadano que tiene un mayor sentido de pertenencia hacia ella y está dispuesto a dejar de pasar de ser un actor pasivo en materia de seguridad, a ser uno activo, dispuesto a denunciar y a contribuir para hacer de su ciudad un entorno más seguro.