A veces es difícil transmitir la diferencia que supone que la tecnología funcione en perfecta armonía con ella misma. Las tecnologías individuales aisladas entre sí suenan bien, sí, pero cuando trabajan juntas al unísono es cuando se produce la magia. Recientemente, Huawei dio a conocer el trabajo que había realizado en una sección del puerto de Tianjin, en China. En colaboración con el puerto, Huawei ha creado un Sistema Inteligente de Transporte Horizontal que es inalámbrico, sin conductor y neutro en carbono.
Es el primer puerto inteligente de este tipo y un logro tecnológico. Un ejemplo perfecto de la naturaleza sinérgica de las tecnologías digitales y de los beneficios que aporta en términos de eficiencia, seguridad, precisión y costes. Emplea todas las tecnologías de Huawei, 5G, Cloud, ADN e IA para gestionar una operación increíblemente compleja con la menor supervisión posible.
Un puerto de este tipo requiere tres condiciones para ser considerado inteligente. Debe ser capaz de manejar al menos cinco líneas de operación simultáneamente para soportar grandes buques, el sistema debe ser capaz de gestionar flotas a gran escala, y tiene que apoyar el despacho en escenarios portuarios complejos. El Sistema Inteligente de Transporte Horizontal de Huawei cubre con creces todos estos aspectos.
Cuenta con una pequeña flota de 76 vehículos de transporte sin conductor, denominados Vehículos Guiados Inteligentes, o IGV por sus siglas en inglés, que trabajan en tándem con las grúas para cargar, descargar, almacenar y gestionar la carga en todo el puerto. Los vehículos de transporte también poseen una conducción autónoma L4, lo que significa que no necesitan ninguna intervención humana para trabajar.
Hoy en día, los puertos son una de las infraestructuras más importantes de cualquier ciudad. Cada día atracan cientos de barcos que transportan miles de contenedores con millones de tipos de carga diferentes. Por lo tanto, es increíblemente importante que las operaciones se realicen con el menor número de errores posible.
La forma en que se gestionan los puertos hoy en día conlleva una serie de retos muy importantes. El entorno de trabajo en un puerto es duro y exigente. Con largas jornadas de trabajo, una escasez de conductores que se fatigan ante la cantidad de trabajo que tienen que manejar, esto hace que el trabajo manual sea ineficiente y propenso a cometer errores, y cuando se añade maquinaria pesada a la ecuación, las cosas pueden ser no solo más complicadas, sino también más peligrosas.
Veamos cómo se hacen las cosas en un puerto completamente automatizado.
En primer lugar, cuando llega un buque portacontenedores, el sistema ya sabe cuántos contenedores hay, qué hay dentro de cada contenedor, cómo están apilados en el buque y dónde deben ir dentro del puerto.
Los IGV se envían a la grúa asignada al barco. Gracias a la planificación global de la trayectoria, cada uno de ellos llega en perfecta sincronía a la recepción de un contenedor para su transporte. A continuación, el sistema de posicionamiento de alta precisión garantiza que el contenedor esté perfectamente alineado con el IGV para que no se produzcan accidentes. A continuación, cada IGV procede a trasladar su contenido asignado a la ubicación en el puerto asignada por el sistema.
Incluso si se producen variables en la mezcla, el sistema está perfectamente equipado para manejarlas. Si un IGV se está quedando sin batería, el sistema de carga asignará las rutas y los tiempos de trabajo en consecuencia para que cada IGV vaya a una estación de carga solo cuando sea necesario, evitando así las interrupciones del servicio. Si un transporte manual, como un camión, entra en el puerto, el sistema de tráfico corregirá automáticamente todas las rutas de los IGV para tener en cuenta este nuevo vehículo. Este sistema es tan bueno que tiene una tasa de fallos del 0.1%.
La terminal de la sección C, en la zona portuaria de Beijiang del puerto de Tianjin, solo lleva en funcionamiento los últimos 12 meses. Pero en este corto espacio de tiempo, ha demostrado el poder de la transformación digital. Si esto es lo que ocurre cuando aplicamos las tecnologías digitales a una sola industria, imaginemos cómo sería el mundo si lo aplicáramos a todas.