Muchos peruanos recurren a los mercados P2P como estrategia para comprar y vender criptomonedas. El intercambio P2P (del inglés peer-to-peer, traducido como “de par a par” o, a veces, “de persona a persona”) es la posibilidad de hacer transacciones entre personas y facilitar diversas formas de pago para completar cada transacción. Luego de pactar un precio, una de las personas envía cripto, y la otra envía dinero fiat. Al no haber intermediarios, las partes que están bien informadas pueden conseguir un mejor precio. Sin embargo, este ahorro también representa riesgos importantes. ¿Por qué?
Las operaciones P2P usualmente se hacen con plataformas que facilitan la publicidad de ofertas de compra o de ventas, y el servicio de bloqueo de las cripto mientras se transfieren los fondos. Sin embargo, estas plataformas no tienen el rol del comprador o del vendedor, ni tienen acceso a las cuentas bancarias del vendedor. Por lo tanto, no pueden asegurarse de que los fondos efectivamente lleguen al vendedor, ni tampoco puede cerciorarse del origen de los fondos. ¿Qué riesgos involucra esto?
Contracargos y fraude. Una vez que el comprador recibe los fondos en soles en su cuenta bancaria, libera las criptomonedas al comprador, pero el comprador puede luego desconocer maliciosamente la transferencia frente al banco, y solicitar que se anule la operación. En estos casos, la plataforma cripto no puede intervenir, y el vendedor deberá poner reclamos frente al banco para recuperar su dinero.
Origen ilícito de fondos y estafas. Es muy difícil que el vendedor pueda identificar el origen de los soles que recibe. Por un lado, la cuenta podría ser de una persona que fue hackeada o asaltada. En otros casos, la cuenta de origen podría ser de un tercero y no del usuario de la plataforma, que está buscando lavar activos. Nuevamente, todos los controles caen bajo responsabilidad del usuario y no de la plataforma de criptomonedas, ya que son transacciones entre personas.
Un camino alternativo es hacer la compra de criptomonedas directamente en una plataforma confiable. En estos casos, la contraparte es una empresa de renombre con procesos estrictos. En el caso de Buenbit, por ejemplo, si un usuario vende criptomonedas en la plataforma a cambio de soles, va a poder transferir los fondos a su cuenta bancaria sin ningún problema. Además, podrá cerciorarse que la transferencia viene de Buenbit y no de un tercero desconocido.
Asimismo, Buenbit está comprometido con la práctica de políticas y de procedimientos internacionalmente reconocidos y destinados a la Prevención de Lavado de Activos y Financiamiento del Terrorismo (PLAFT). El exchange trabaja con un proceso exhaustivo de KYC en donde, por ejemplo, si un usuario declara ser estudiante no tiene permitido hacer operaciones con una suma extremadamente cuantiosa porque, en ese caso, se levantarán alertas y sería necesario investigar ese asunto en particular. En adición, Buenbit exige que las transferencias bancarias se originen de cuentas de titularidad del usuario, y tiene procesos para asegurar el origen de los fondos.
“Al ser una tecnología nueva y de gran crecimiento, el espacio cripto ha tenido casos relevantes de estafas y aprovechamiento de inversionistas poco informados. Nuestro principal objetivo como Buenbit es ofrecer una alternativa segura para el acceso a criptomonedas, que además sea fácil de entender. Así, aportamos un granito de arena para que la criptoeconomía se vuelva un fenómeno cada vez mayor y, sobre todo, cada vez más seguro”, comentó Matias Romero, Country Manager de Buenbit.