(*) Por Sara Philpott, diretora ejecutiva de Estrategias Corporativas de Openet
La virtualización, automatización, orquestación y el open source son controladores claros de tecnologías orientadas a la nube. Sin embargo, son las aplicaciones y sus usos, las demandas por 5G y la necesidad de escalabilidad, flexibilidad y seguridad que hacen a la nube la única opción para los operadores que desean migrar completamente a lo digital.
Es cierto que la nube será necesaria para automatizar la creación y la gestión de servicios de telecomunicaciones. La demanda por más velocidad en el lanzamiento de servicios asociada a la carencia de una nueva generación de ingresos genera expectativas en los prestadores de servicios de telecomunicaciones que desean llevar nuevos beneficios a la sociedad digital. Muchos ahora reconocen que el antiguo modelo comercial de telecomunicaciones es cada vez menos sostenible y que el apetito por soluciones puras «como servicio» ha aumentado significativamente en los últimos 12 a 18 meses. Esta evolución del mercado probablemente impulsará el cambio comercial necesario, junto con las motivaciones técnicas para la nube.
Sin embargo, todavía estamos al principio de la curva de aprendizaje para la adopción de nuevas arquitecturas de software, herramientas, conceptos y aspectos culturales necesarios para monetizar, controlar datos y automatizar decisiones usando la nube. Los propios operadores tardaron en migrar de soluciones alojadas en nubes privadas a las públicas. Los modelos del Proveedor de Servicios Digitales necesitarán asemejarse a modelos de Internet más establecidos y requerir cambios en la experiencia del consumidor y en la gestión de la relación con él. A medida que el sector evoluciona en el camino de transformación hacia la nube, el uso será impulsado por la conectividad y la capacidad de consumir datos crecerá a tasas que hoy no son posibles.
La escalabilidad económica de la nube abarcará los volúmenes de datos transaccionales esperados por las tecnologías de IOT y 5G y ese nuevo ambiente encontrará espacio en las plataformas nativas y hospedadas en la nube. Sin embargo, los servicios que son altamente dependientes y sensibles a las velocidades de latencia (política y cobro, por ejemplo) requerirán un enfoque más ponderado. Además de la velocidad de latencia, varias consideraciones económicas, como costos de transporte y de almacenamiento, necesitan ser tenidos en cuenta para obtener la mejor arquitectura de solución y modelo de negocio.
Los desafíos de las arquitecturas y el diseño se ven más pequeños a medida que empezamos a cambiar a una velocidad mayor de procesamiento, con decisiones, informes y síntesis de datos que se han conquistado casi en tiempo real. Todo ello con el objetivo de proveer análisis, previsión y respuestas ágiles y exactas – necesarias para soportar las previsiones de cerca de billones de ‘eventos’ 5G e IOT. Puedo concluir que la evolución hacia la nube va a ser de muchas maneras, menos aburrida. Para quien le guste la aventura, el futuro será generoso.