Por: Michelle Bass, Directora de Soluciones Digitales de la Región Andina de Laureate International Universities.
Las universidades han sido pioneras e innovadoras en el uso de la tecnología en sus aulas, asociado también a la necesidad de investigación que tienen en su esencia. Hoy en día, el uso de la tecnología ha pasado a ser un elemento fundamental en el proceso de enseñanza – aprendizaje, debido a la necesidad de formar profesionales con habilidades adicionales que les permitan entrar en un mercado que requiere entrenamiento y formación permanente.
Sin embargo, el uso de la tecnología en educación superior también ha permitido poder cumplir otra de las misiones fundamentales de cualquier institución, el acceso a educación para miles de personas que, por razones de tiempo, problemas de movilidad, o trabajo no han podido acceder a una educación superior formal, y es en este punto donde la educación online pasa a cumplir un rol fundamental.
La educación online tiene muchos detractores que se han centrado principalmente en el cuestionamiento de la calidad y en el aseguramiento de la identidad del estudiante. En ambos casos, las instituciones han realizado un trabajo de aseguramiento de la calidad de sus programas y sus perfiles de egreso. Además hoy cuentan con la data comparativa que les permite asegurar y demostrar al mundo laboral, de la eficacia y eficiencia de los aprendizajes de los estudiantes y sus egresados.
En el caso de la identidad de los estudiantes online (otra de las habituales críticas), nuevamente es la tecnología la que ha permitido ir disminuyendo esta barrera, ello a través de inteligencia artificial, reconocimiento facial, patrones de voz y de teclado, entre otros.
La siguiente etapa en la educación online es el uso de toda la data, junto con la inteligencia artificial, que puede ser trabajada en favor de estrategias de aprendizajes personalizados, favoreciendo retroalimentaciones contextualizadas de los docentes y que permitan que el aprendizaje sea significativo para cada estudiante en particular. Toda esta data está a disposición de las instituciones para realizar acciones de retención y titulación oportuna, al permitir detectar de manera anticipada una gama muy variada de problemas que terminan llevando a un estudiante a no continuar sus estudios.
La tecnología ha estado y deberá seguir estando en favor de los procesos de enseñanza- aprendizaje. Poco a poco las universidades han ido aprendiendo a ponerla como elemento que juegue en favor de sus estudiantes.