Como consecuencia de la desenfrenada expansión del Covid- 19, se asoma un impacto en forma de una crisis humanitaria, económica y sociocultural, sin igual en las últimas décadas. Con estos cambios también se han modificado los hábitos de consumo, el modo en el que se realiza y la manera en que se paga. Esta última tendencia está principalmente influenciada ante la posibilidad de que el uso de efectivo sea un medio de transmisión del Covid-19.
Es por ello que la Organización Mundial de la Salud (OMS) sugiere a todas las personas que paguen con tarjeta y, más concretamente, con tecnología contactless, con el objetivo de disminuir el riesgo de propagación del coronavirus. En consecuencia, países de todo el mundo se están viendo obligados a reconsiderar su dependencia del efectivo e impulsar iniciativas relacionadas con los pagos electrónicos que propicien el avance hacia una sociedad cashless, según apunta Minsait Payments, la empresa que agrupa todos los productos, soluciones y servicios de medios de pago de Minsait, una compañía de Indra.
“El recelo a usar el dinero en efectivo ayudará a reducir estas barreras al uso del pago móvil y contribuirá al crecimiento que probablemente seguiremos viendo de este instrumento de pago”, afirma Rafael Carrascoso, Director Comercial de Minsait Payments en Latinoamérica.
De otro lado, los patrones de compra se concentran en bienes de primera necesidad como alimentación y productos farmacéuticos. Las compras impulsivas para la adquisición de estos bienes también son tendencia debido a la desinformación y la preocupación por parte de los consumidores. Respecto al gasto en transporte, combustible y restaurantes, estos experimentan una reducción drástica conforme avanzan los días de aislamiento social obligatorio.
Ya en la IX edición del Informe de Medios de Pago de Minsait Payments, relativo a 2019, se señalaba que en los últimos años la tendencia indiscutible ha sido la reducción de los medios de pago en papel (efectivo y cheques).
El Informe señala que, en la región, el uso de efectivo en 2019 había experimentado una bajada de 4,4 puntos porcentuales respecto al porcentaje del año anterior, siendo utilizado todavía por el 81,9% de ellos, seguido de las tarjetas (72,6%) y los pagos desde cuenta (47,8%), estos últimos con un crecimiento de 11 puntos porcentuales con respecto al año anterior. En este sentido, Perú se muestra como el país latinoamericano que menor uso hace del efectivo mensualmente.
En paralelo, en los países encuestados de Latinoamérica, los cheques han reducido su presencia en volumen y en valor en un 44% en los últimos cinco años, lo que ha favorecido el trasvase de transaccionalidad a medios alternativos como las transferencias de crédito.
La tarjeta fue el año pasado el medio de pago principal para el 48,9% de los latinoamericanos (internautas bancarizados), donde un 72,66% afirmó haberlo utilizado mensualmente en comercios físicos. Y es que, a la espera de estadísticas oficiales, todo hace indicar que los consumidores están optando por utilizar otros instrumentos de pago alternativos que no lleven implícito una exposición al entorno similar a la del efectivo. Tal es el caso de la tarjeta y el pago móvil.
Precisamente, el uso del Smartphone como dispositivo de pago, tanto en comercios físicos (P2B) como entre particulares (P2P) deja de tener una presencia marginal en las transacciones mensuales de los latinoamericanos (población bancarizada), evidenciando crecimientos significativos en un corto período de tiempo. En apenas un año, las modalidades de pago en Latinoamérica revelan que el último mes el 24% de los bancarizados internautas ha utilizado el dispositivo para pagar en comercios físicos y el 9,4% ha realizado transacciones de pago entre particulares.
Pese a su crecimiento, solamente el 7% de los latinoamericanos considera el pago móvil como su medio de pago principal. La irrelevancia (26,1%) se muestra como el principal obstáculo a su uso, seguido de la desconfianza (20,9%), y la falta de aceptación (17,5%). En menor medida, también el desconocimiento (9,9%) y la falta de conectividad (9%). Todo hace indicar que el recelo a usar el dinero en efectivo ayudará a reducir estas barreras al uso y contribuirá al crecimiento que probablemente seguiremos viendo de este instrumento de pago.
En definitiva, una tendencia ya evidenciada hacia el mayor uso de medios de pago electrónicos que puede verse impulsada por esta crisis, así como el crecimiento del comercio online.