Por Juan Carlos Capuñay, Ex Embajador del Perú en Singapur, Japón y China
La emergencia sanitaria que enfrenta el Perú a raíz de la pandemia universal del Coronavirus (COVID 19) ha puesto de manifiesto carencias en la capacidad de reacción de la estructura gubernamental ante el surgimiento de crisis generalizadas de esta naturaleza, una falta de programas y políticas de previsión y la ausencia de una respuesta coordinada.
En razón de sus implicancias inmediatas, las acciones adoptadas en un principio estuvieron dirigidas a controlar la epidemia COVID 19 desde la perspectiva de las limitaciones en el sistema de salud, en el desarrollo educativo y en el bien estar de la población.
Era evidente que en cada una de estas áreas existía una fragilidad que era necesario corregir de manera urgente habida cuenta su contenido humano.
Sin embargo, al margen de esta coyuntura que reflejo la cruda realidad nacional, sería muy importante también pueda examinarse esta emergencia desde una perspectiva estructural, que permita identificar mecanismos y procedimientos adecuados para reforzar la agenda de la transformación productiva, la oferta de bienes y servicios y el contenido de la dimensión social del desarrollo.
En ese sentido, sería imprescindible establecer un diálogo constructivo y equilibrado entre los distintos sectores de la sociedad nacional, que concluya, por un lado, en la importancia del otorgamiento de un apoyo administrativo y financiero amplio por parte del Gobierno al sector productivo, en particular las pequeñas y las medianas empresas; y, por otro, en la necesidad de la modernización del país. Es decir, un mayor contenido operativo y técnico en el proceso de recuperación.
Con respecto al primero de estos ámbitos, dado el carácter el emergencia que debe tener todo programa de reconstrucción económica para paliar las consecuencias negativas del COVID19, sería deseable que la normatividad que examine el Congreso Nacional emita el Gobierno Central, sea antes consultada con los gremios empresariales pertinentes, a objeto que pueda recoger los intereses de todas las partes involucradas, en particular los delas instituciones sobre las cuales normara y evitar el debate posterior. De reflejar solamente la óptica fiscal, se podría estar restando los efectos que se desearía crear en el fomento del empleo e ingresos. La función del Gobierno en todas sus instancias de esta relación excepcional con los gremios, debería ser la de reconstrucción y promoción, en función al factor multiplicador que se desea generar al interior de la actividad productiva.
De otro lado, en cuanto al tema de la modernización del país, sería conveniente que este proceso debiera comprender en primer lugar el desarrollo digital, convertir la brecha digital en una oportunidad digital, a partir de la introducción de metodologías de trabajo que hagan posible la incorporación del sector productivo nacional, en particular los emprendedores, en los beneficios de la globalización y la internacionalización del comercio y las inversiones. En tal sentido, hay que tener en cuenta que todo proceso de modernización logística y administrativa que deba llevarse adelante debería comprender necesariamente la edificación de una conectividad que haga posible que las pequeñas y las medianas empresas del país, al margen de su ubicación geográfica o su tamaño, puedan beneficiarse de las posibilidades que ofrecen tanto el hoy limitado mercado nacional como el regional e internacional. Los emprendedores al interior del país deberían contar con canales fluidos de interacción con el mercado internacional, como una alternativa viable para mantener su capacidad productiva.
Sobre el particular, la utilización de la Red 5G y sus procedimientos de trabajo constituiríantantounfactorfundamentalparalaintegracióndelaspequeñasy medianas empresas del interior del país en la estructura productiva y oferta nacionales, así como un mecanismo apropiado paras su internacionalización por medio de las plataformas electrónicas de comercio.
Es a todas luces claro que luego de la pandemia del COVID 19nadaseráigual y que tomará un cierto tiempo antes que podamos asumir como valida la » nueva normalidad del país». Mientras ello suceda, no sería deseable que el sector productivo emprendedor se encuentre al margen del proceso de reacomodo tecnológico y administrativo que vienen experimentando otras economías latinoamericanas. La Red 5G permitiría la introducción de metodologías innovadoras en la preparación de la oferta nacional; y, al mismo tiempo, identificar mercados y demandas en las plataformas.
La empresa de telecomunicaciones china Huawei tiene la debida tecnología en la instalación y manejo de la Red 5G, con experiencias exitosas en América latina y otras regiones que se deberían buscar de reeditar en el Perú. Mas aun por medio de la Red 5G se podría retomar la propuesta para la «construcción del puente digital» entre un puerto peruano en las costas del Pacifico y China. Este puente se podría unir a la Iniciativa de » Una Franja, Una Ruta» para que la oferta de las PYMES peruanas pueda llegar al resto de Asia, África y parte de Asia. El Perú se ha integrado a esta iniciativa y al Banco Asiático de Inversiones, lo cual ofrecería a los emprendedores nacionales una ventaja competitiva frente a terceros países latinoamericanos. De no procederse de manera oportuna, las PYMES de los países vecinos ocuparían este lugar preferente.
Como parte de este proceso de internacionalización de las PYMES, sería importante examinar se puedan replicar practicas con buenos resultados en el desarrollo de este sector en el Asia. En primer lugar, puede formularse un proyecto integral que comprenda el fomento de la especialización productiva además de un apoyo financiero y técnico del Estado. En su aplicación, las empresas podrían recibir desde asesoramiento organizacional y gerencial, incluido un respaldo administrativo por medio de facilidades para sus actividades e incentivos tributarios para su mejor desempeño. Como una etapa final en esta cadena, el otorgamiento de un apoyo especializado en la identificación de los mercados internacionales hacia los cuales puede enfocar sus ofertas. Estos proyectos integrales han funcionado en Tailandia, Malasia e Indonesia y fue el sustento del crecimiento de las PYMES coreanas hasta convertirse hoy en día en grandes corporaciones multinacionales.
Como conclusión, la crisis del COVID 19 hace necesaria la preparación de una estrategia integral, comprometida y sustentable para la transformación productiva nacional. El desafío de la pandemia del Corona Virus debe convertirse en una oportunidad para la modernización digital del país que permita la internacionalización de las PYMES, de cara a las exigencias del Siglo XXI. Que la Conmemoración del Bicentenario en el 2021 encuentre al Perú como una nación moderna, innovadora, integrada al interior y con una conectividad pragmática y productiva al exterior.
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Fuente: La Confederación – Revista Empresarial de CONACO.
Nota Original: Post Covid-19: Desafío y oportunidad para Internacionalización de las PYMES
Autor: Juan Carlos Capuñay, Ex Embajador del Perú en Singapur, Japón y China. Revista CONACO.