Debido a las exigencias de la “nueva normalidad”, la cual ha conllevado al mayor uso de herramientas tecnológicas para realizar un óptimo trabajo remoto, la ciberseguridad se ha convertido en uno de los asuntos más relevantes para las empresas. Si ya era unos de los temas que más preocupaba a las compañías antes de la pandemia, la situación generada por la COVID-19 ha puesto de manifiesto que la ciberseguridad es un factor clave, que no puede desligarse de ninguna de las áreas del negocio.
En Perú, un gran número de organizaciones carecen de una estrategia de ciberseguridad bien definida, poniendo en riesgo su viabilidad y su futuro en caso de sufrir un incidente. Si bien se han puesto en marcha políticas nacionales de seguridad cibernética, aún el reto es grande. Según el estudio Estado del Riesgo Cibernético en Latinoamérica en Tiempos del COVID-19 el 49% de las empresas peruanas percibió un incremento en los ataques cibernéticos a raíz de la pandemia, y el 21% considera que la ingeniería social (phishing) es el ciberataque que más se ha incrementado, mientras que el 20% considera que ha sido el malware.
A pesar de esta percepción, sólo 20% aumentó su presupuesto de ciberseguridad durante la pandemia, 51% en seguridad de acceso remoto y 44% en seguridad en la nube, lo cual es preocupante. En este contexto, Santiago Barranzuela, gerente de Seguridad del Grupo EULEN Perú, brinda algunos hábitos de ciberseguridad altamente eficientes que pueden poner en práctica las empresas y sus colaboradores:
Revisar e-mails con paciencia
La gran cantidad de correos que un trabajador recibe y envía cada día, sumada a la carga laboral y por ende, a la prisa con la que puede tener que gestionarlos, hace que algunas veces no revise si son fiables o fraudulentos. Los ciberdelincuentes se aprovechan de esta nueva rutina de trabajo y, en ocasiones, intentan suplantar la identidad de personas o entidades de confianza de la víctima para engañarla.
Evitar conectarse a redes wifis públicas para manejar información laboral y confidencial
Un gran número de personas están optando por hacer trabajo remoto desde otras locaciones, por ello, deben tener sumo cuidado con conectarse a una red únicamente porque ven que es pública y pueden tener acceso.
Trabajar preferiblemente desde dispositivos corporativos.
Y si, de todas maneras, por uno u otro motivo el colaborador debe hacer uso de su dispositivo personal para trabajar, instalar un antivirus y mantenerlo actualizado, también el sistema operativo y todas las aplicaciones instaladas.
Asegurar que la dirección de correo o número de teléfono del remitente es legítima.
Poner énfasis en las faltas ortográficas, la coherencia del texto, el remitente, entre otros. En caso de duda, contactar con el remitente original por un medio alternativo (llamadas, redes sociales o revisando en la página web)