En cada casa existen, actualmente, una media de 7 dispositivos conectados a Internet, lo que implica que cada vez convivimos con más aparatos que están comunicándose con algo o alguien a través de la Red. Esto hace que aumente la preocupación sobre la ciberseguridad en el hogar y sea más necesario que nunca contar con una red segura. Porque si ves claro la necesidad de cerrar la puerta de tu casa y evitar que te hackeen el ordenador o el móvil, ¿por qué no haces lo mismo con tu termostato digital o tu reloj conectado?
“En el hogar conectado es fundamental que las familias sean conscientes de los riesgos cibernéticos, y actúen de forma adecuada para no poner en peligro la seguridad de las redes locales” asegura Barry Spielman, Director de Marketing de Producto de Allot. La inteligencia en los hogares está respaldada por sensores y sistemas que analizan datos, pero también puede ser la puerta de entrada a las vulnerabilidades. Los estudios sobre ciberataques han demostrado cómo las cámaras web, termostatos, refrigeradores y demás elementos conectados pueden convertirse en un objetivo atractivo para los ciberdelincuentes.
Esta tecnología óptima también puede exponer la información personal de los usuarios a ciberataques no deseados. Los ataques van desde el uso de monitores para bebés para espiar a las familias, hasta importantes riesgos financieros. Los piratas informáticos pueden robar la información personal (detalles de la tarjeta de crédito, fecha de nacimiento e incluso número de seguro social) para poner a los usuarios en situaciones de riesgo vital. Los datos personales son vulnerables si se transmiten o almacenan en un dispositivo de IoT sin cifrado.
4 principales mitos sobre la ciberseguridad en el hogar
Es probable que pienses que tu casa es segura, pero también es posible que lo creas basándote en los mitos más comunes sobre la ciberseguridad en el hogar. Enumeramos algunos de ellos a continuación:
- Con una contraseña mi wifi está protegido: el hecho de tener una contraseña no garantiza la protección de tu wifi. Muchas personas usan la contraseña predeterminada, la cual puede ser averiguada fácilmente por los hackers. Por eso es recomendable seguir unas pautas:
o Habilitar el cifrado WPA2.
o Establecer una nueva contraseña robusta (número, letras y signos).
o Cambiar las credenciales de administrador del router.
o Actualizar el firmware del router.
o Cambiar el nombre SSID de la red por defecto.
- La navegación en modo incógnito protege mi privacidad: el modo incógnito sólo evita que el navegador registre tus movimientos en Internet. Tu ordenador, router y sitios web que visitas, en cambio, conocen tus movimientos.
- No soy una víctima potencial, no soy interesante para los cibercriminales ni tengo nada que esconder: ¿Accedes a tu banco a través de Internet? ¿Haces compras online? ¿Realizas trámites en tu ordenador? ¿Publicas tu vida en redes sociales? Entonces sí, eres una víctima potencial. Tus datos personales y tus hábitos cotidianos son dinero. Además, los hackers malintencionados pueden utilizar tu red personal para, por ejemplo, minar criptomonedas o lanzar ataques a otros dispositivos.
- Ya tengo instalado un software de seguridad (antivirus): eso es una buena decisión, pero no te garantiza una seguridad al 100%. Es importante instalarlo también en móviles y tablets y poner atención al router, realizar actualizaciones y contar con soluciones específicas.
¿Cómo mantener la ciberseguridad personal?
- Evita en la medida de lo posible comprar dispositivos de 2º mano, ya que podrían estar modificados. Además, es importante que te dirijas siempre a tiendas oficiales o de confianza.
- En cuanto al aparato en sí, debes modificar las credenciales y hacerlas más seguras. Cambiando la contraseña predeterminada y los nombres de acceso.
- Instalar siempre todas las actualizaciones del sistema operativo que utilices, Windows, IOS, Android u otro. Habitualmente estas actualizaciones corrigen vulnerabilidades o fallos de seguridad que los ciberdelincuentes utilizan para robar datos, contenido o secuestrar dispositivos.
- Realizar copias de seguridad automáticas. Cualquier ataque tendrá menos impacto en la familia si conservas copias de los datos almacenados en vuestros dispositivos.
- Utilizar cubre webcams antiespías y antivirus en los teléfonos móviles. Cada vez son más accesibles los malwares que permiten espiar a través de la cámara y altavoz a otra persona. Ya no hace falta ser un hacker para conseguirlos, se pueden comprar en el ‘mercado negro’.
- No olvidar el teléfono. Muchos dispositivos inteligentes se conectan a aplicaciones, así que no hay que olvidar proteger el teléfono inteligente. Si se pierde o roban el teléfono, es claro que el usuario no desea que nadie pueda acceder a su hogar inteligente, a través de sus aplicaciones.
- Ayudar a tus hijos a configurar la privacidad de sus perfiles en redes sociales.
- Educar a tus hijos para que no acepten contactos de desconocidos, publiquen información sensible de la familia, abran correos de remitentes ‘dudosos’, compartan su ubicación en redes, instalen apps en sus teléfonos que solicitan acceso a los datos personales y de sus contactos y, en definitiva, acompañar y supervisar su actividad digital es algo imprescindible, ya que cada vez más son ellos el foco de los ciberdelincuentes y depredadores sexuales en internet.