Por Daniel Scarafia, director regional en América Latina de Hitachi Vantara
Ya se nos ha ido el año 2022, y probablemente muchos ya hemos realizado las evaluaciones de resultados y desempeño dentro de nuestras organizaciones, involucrando procesos de aprendizaje para buscar la mejora continua en todo lo que se nos viene por delante como desafíos y metas, por las que de seguro trabajaremos con pasión y optimismo.
2022 fue bastante intenso. Tuvimos noticias, acontecimientos e hitos de tal magnitud y relevancia, que marcarán la continuidad de los enormes y acelerados cambios que el mundo está viviendo, sin tregua. Lo vimos en la economía, los negocios, la sociedad, la política, y hasta en el deporte con un mundial de fútbol.
Desde mi lugar en la Industria de las Tecnologías de la Información, puedo comentar que estamos viviendo tiempos fructíferos y potentes en lo relacionado a la Transformación Digital, no solo de las empresas y organizaciones, sino que también a nivel de países y sociedades. Y es así como este proceso de adopción intensiva de tecnologías en todos los ámbitos de la vida sigue avanzando a paso firme.
¿Y en 2023 qué podríamos esperar? La Transformación Digital seguirá avanzando sin parar, incluso puede que con mayor intensidad. Por esto es necesario que evaluemos y busquemos nuevas formas de sacar el mayor beneficio de las tecnologías, pero ya no solo desde el punto de vista del retorno de inversión directo; sino que ampliando la visión y el propósito de las organizaciones hacia dimensiones que protejan, potencien y sean más empáticas con la dimensión humana.
No debemos perder de vista que la Transformación Digital es humana. Que la tecnología por la tecnología realmente no sirve de nada sin un sentido más integral y profundo. Y esto porque las personas son imprescindibles en todo proceso evolutivo. Porque sin personas no existen sociedades, países ni naciones.
La Transformación Digital es en esencia un cambio cultural que redefine a gran escala la forma de hacer las cosas, en donde el talento humano es un factor crítico para lograr el exitoso cumplimiento de los objetivos, metas y propósitos que nos hayamos trazado.
La “Rentabilidad Social” nos permite desarrollar negocios cada vez más sustentables y sostenibles. En este campo las tecnologías digitales nos abren grandes oportunidades, al contar con el potencial de transformarse en medios para democratizar el acceso al progreso de las comunidades que conforman los entornos en los que operan nuestras empresas. Y éstas, siendo activas responsables y partícipes en los desafíos ambientales, sociales y de gobernanza en cada lugar del planeta.
Con el comienzo de un nuevo ciclo aspiramos a ver el mundo con todos nuestros sentidos y la mente abierta, para trabajar en pro de nuevas oportunidades para el desarrollo de las personas.
Porque el mundo necesita organizaciones cada vez más ágiles, modernas, digitalizadas, socialmente responsables, y centradas en el progreso de la humanidad.