Según el estudio realizado por Digital 2022 Global Overview Report, se estima que el 83.8% de la población en Perú es activa en redes sociales. La intensificación del uso de estas plataformas expone a los peruanos a más ciberdelincuencia. Sin embargo, existen formas de evitarlos y controlar la información que se comparte para impedir que personas maliciosas puedan llegar a ella.
A medida que surgen nuevos avances en la tecnología, se multiplican diversos tipos de violencia digital y ciberdelitos. Uno de estos es el conocido Doxing o Doxeo, el cual consiste en investigar y difundir información privada y específica a través de las redes sociales. Este tipo de ciberdelincuencia permite ubicar e identificar a una persona sin su consentimiento previo, con el fin de acosar, avergonzar, amenazar y extorsionar a la víctima a cambio de beneficios económicos o datos relevantes.
Además, con la llegada del verano, los usuarios suelen estar más activos, al asistir a fiestas y tener vacaciones, siendo incluso menos precavidos. Por eso, es importante facilitar algunas recomendaciones que puedan impulsar un mejor uso de las redes sociales.
“En los últimos años, el doxing se ha convertido en una herramienta de presión social sobre los individuos, una simple discusión o desacuerdo es suficiente para crear una carga emocional sobre el perpetrador y desencadenar una serie de exposiciones de lo que se cree que pueda intimidar y perjudicar a la víctima. Un ID de usuario en Twitter, un perfil público en redes sociales o información pública en la dark web proveniente de hackeos anteriores a empresas son una gran fuente de datos de la cual se puede obtener detalles capaces de afectar gravemente a cualquier persona”, explicó Orlando Perea, gerente general de Noventiq Perú.
Hoy, cualquiera es susceptible a ser atacado con estas técnicas. Entender esto y a su vez llevar a cabo prácticas de ciberseguridad es el primer paso para evitar convertirse en una víctima. Algunas de las medidas a tomar compartidas por Noventiq son las siguientes:
- Reforzar la atención y el cuidado de lo que se pública en las redes sociales, como ubicación en tiempo real, chats, correo electrónico, número telefónico y, si es posible, mantener el perfil privado.
- Aplicar capas con el mayor número de medidas posibles para reforzar la seguridad de los datos, desde cambiar las contraseñas y reforzarlas.
- Revisar la configuración, permisos y cambios de condiciones de cada red social, o aplicación.
- Practicar el egosurfing, es decir, buscar información propia en la web para ver qué tipo de datos están vinculados a tu nombre.
- No facilitar datos financieros cuando se haga una compra online sin antes verificar que el perfil del vendedor es legítimo y seguro.
- Validar que la red Wi-Fi a la que se conecta un dispositivo móvil sea segura.
“El doxing es algo serio, y puede ser un método tecnológico capaz de arruinar la vida de la víctima. Exponer los datos personales con el fin de desacreditar, perjudicar y extorsionar, puede convertirse en un delito común donde gran parte de la población pueda terminar afectada. Por eso, la concientización, el debate y su tipificación como delito es lo único apto para proteger a muchos en un futuro cercano. Lo mejor que podemos hacer por ahora es entender que el Doxing puede afectar a cualquiera y ser precavidos mientras estamos en línea”, finalizaron desde Noventiq.