Por Luis Piccolo, Vicepresidente de Ventas y Servicios de CenturyLink para América Latina
En el mundo de hoy, toda empresa, sin importar su tamaño o edad, está pensando en renovar sus procesos e incorporar en ello la tecnología. Es lo ampliamente conocido como “transformación digital”, pensado como un complejo y amplio camino que guía a las empresas hacia la innovación y la creación de experiencias digitales para clientes. Según IDC FutureScape, dos tercios de las principales 2000 empresas a nivel global ya tienen este proyecto en el centro de su estrategia corporativa.
Sin embargo, entre los tantos interrogantes que existen a la hora de pensar cómo llevar adelante dicho desafío continúa siendo el del rol de líder: ¿Qué persona o qué grupo de personas, dentro de la empresa, tienen la visión integral necesaria para encabezar la transformación digital de principio a fin?
El rol del CEO y su sinergia con los directivos
Ya que se trata de una transformación que afecta a todo el lugar de trabajo y al negocio en su totalidad, la capacidad del CEO de formar parte es clave para el éxito. En los modelos más comunes, de su parte se obtiene una clara dirección y compromiso para promover cambios, tanto paulatinos como transversales a la operación.
Sin embargo, no todos los presidentes de compañías nacieron en la era digital, tienen la misma comodidad con la tecnología, o una visión clara de cómo pueden innovar a partir de cambios tecnológicos. “También, no todas las empresas tienen el mismo modelo y estructura. Será muy distinto el proceso necesario para una compañía que ofrece el 100% de sus servicios en internet, a una con mayor años de trayectoria cuyo negocio requiere digitalización para el trabajo de empleados”, afirma Luis Piccolo, Vicepresidente de Ventas y Servicios de CenturyLink para América Latina.
Por ello, si bien el patrocinio del CEO es fundamental, no hay que olvidar que la aplicación diaria de los cambios estará gestionada como un esfuerzo colaborativo, encabezado por líderes gerenciales y sumado al compromiso de todos los colaboradores. El rol de directores de la organización, cada uno con su especialidad, también será necesario para organizar los equipos, y articular el trabajo y las comunicaciones con empleados, clientes y socios. Con un trabajo asociado y responsabilidades compartidas entre todos los participantes, las personas responsables de impulsar la transformación funcionarán en sinergia, en lugar de operar como entidades separadas.
¿CMO o CIO?
El informe “State of Digital Transformation” de Altimeter asegura que hoy las organizaciones prefieren en un 34% el liderazgo del CMO y en un 27% el del CIO o CTO para la estrategia de transformación digital, mientras que un 20% restante está dirigido a puestos nuevos y menos frecuentes como CDO (Chief Data Officer) y CXO (Chief Experience Officer).
La realidad, es que si bien cuál de ambos toma decisiones finales dependerá del tipo de compañía, ambos poseerán roles muy distintos y complementarios en el trabajo diario. El área de marketing, por una parte, se encargará de integrar la gestión tecnológica, para asegurarse que las inversiones realizadas y los proyectos implementados estén alineados con las metas comerciales. Además, serán los expertos (así como quienes en la organización se dedican a crear experiencias y gestionar datos) de medir el retorno de inversión de toda la estrategia.
Por otro lado, el CIO adquirirá un rol mucho más protagonista que en décadas anteriores, donde sólo era un Gerente de Sistemas responsable de su área. “Gracias a la transformación digital, se convierte en el actor principal que impulsa la innovación, relacionado con la alta gerencia y con visión para implementar herramientas como big data, adaptación a plataformas móviles y servicios basados en la nube.”, afirma Piccolo.
Ya que las exigencias a los sistemas y tecnología de las organizaciones son cada vez más (información permanente y disponible al instante, sumado a un nivel sofisticado de personalización de experiencias), es crucial que el equipo de IT esté bien preparado y dotado para asegurar un trabajo óptimo en toda la compañía, que además sea seguro y reduzca riesgos financieros de la operación.
Finalmente, y teniendo en cuenta todos los cambios que a diario ocurren dentro y fuera de las compañías, no caben dudas de que ninguna de las estrategias de liderazgo de transformación digital puede ser definitiva. Todos los actores participantes deben estar siempre dispuestos a proveer respuestas y generar nuevas ideas, que posicionen a la compañía en un ambiente competitivo y la hagan partícipe de un gran cambio cultural y tecnológico.