La era digital está ganando mayor espacio en diversos sectores, pero hay uno que merece particular atención por parte del gobierno y la sociedad. Se trata del sistema educativo que aún mantiene metodologías basadas en épocas pasadas. Por ejemplo, se sigue evaluando el trabajo realizado por los estudiantes y se les hace responsables de su propios resultados; sin embargo, poco o nada se toma en cuenta sobre cómo se enseña y si es la manera correcta de hacerlo. La solución es hacer una evaluación, pero utilizando métodos convencionales sería imposible, y el Big Data simboliza una esperanza a esta problemática.
Con el Big Data y la correcta aplicación de herramientas tecnológicas, es posible la recolección y tratamiento de datos masivos. Con este análisis de datos es posible que los profesores conozcan cuáles son los temas más difíciles, las lecturas que menos interesan o que más les cuesta entender a sus alumnos, entre otros. De esta manera los docentes identifican en qué deben mejorar y modifican sus contenidos y temarios de acuerdo a las necesidades de los estudiantes. Este proceso es llamado aprendizaje adaptativo. Por ejemplo, un profesor de matemáticas que conoce estos indicadores puede elaborar un material más explicativo o utilizar diversos recursos sobre algún tema que simbolice un problema para sus alumnos.
“A través del Big Data es posible crear un nuevo sistema de aprendizaje, uno más personalizado, basado en grandes cantidades de datos proporcionados por los alumnos. La información obtenida es suficiente para identificar patrones y conocer cómo es que aprenden los estudiantes. En conclusión, estos datos nos muestran cómo es el proceso de aprendizaje en los centros educativos y cómo es que la tecnología está mejorando la educación”, menciona Marcelo Sukni, Gerente General de SAS Perú.
Lo cierto es que el Big Data ya se está aplicando en diversas partes del mundo. Un caso que ilustra este escenario tuvo lugar en la Universidad de Arizona, la cual creó un software con el que los estudiantes trabajan en clase y que permite recoger información como las notas, las habilidades, el tiempo que demoran en resolver problemas o leer una lectura en tiempo real, entre otros. Los profesores de esta casa de estudios tienen acceso a estos datos que les sirve para seguir el progreso de sus alumnos de cerca y, a la vez, personalizar los recursos que utilizan cuando dictan una clase. La aplicación de esta tecnología le ha permitido a esta universidad intervenir en el mejoramiento y ofrecer una mejor enseñanza. Los resultados saltan a la vista. Se aumentó en un 13% en la tasa de éxito de los alumnos y una reducción de abandono de estudios en un 54%.
Con esto, queda demostrado que la inversión en tecnologías que procesan y analizan datos incrementan la calidad de la enseñanza y reduce el fracaso académico en los alumnos.