Por Paula Molinari, Presidente y Fundadora de Grupo Whalecom
La llegada del coronavirus y las consiguientes medidas de prevención, entre las que se encuentran las normas de aislamiento social dictadas por el gobierno con el objetivo de contener y demorar la propagación de la pandemia, obligan a las pymes a reformular estrategias.
Aquellas que por su rubro y el tipo de actividad que realizan tienen la posibilidad de diseñar un esquema de trabajo a distancia, deberán establecer ciertos criterios para poder desarrollarlo de la mejor manera. El home office no significa simplemente indicarles a los colaboradores que hagan sus tareas de manera digital y abandonar el contacto con ellos.
Por el contrario, es imprescindible generar una cercanía aun en esta modalidad online, donde no se comparte una oficina o un ámbito físico de trabajo. Los responsables de los equipos deben contactarse con su gente, conocer las dificultades, hacer un seguimiento de cómo se están resolviendo los problemas, fijar metas y cerrar la jornada con una conversación, entre otros aspectos a cubrir.
A su vez, para las pymes que no practican el teletrabajo hasta el momento, se abre una excelente oportunidad para probar que se puede trabajar de otra forma, y es fundamental que pongan el foco ahí. El gran desafío es conocer y explotar al máximo las herramientas digitales con un doble objetivo: alterar lo menos posible el nivel de actividad y contener al personal en el aspecto anímico y emocional.
Las redes sociales serán de gran ayuda en este sentido. Si se les da un uso adecuado, pueden convertirse en un medio idóneo para generar encuentros virtuales y suplir razonablemente el tipo de contacto que se da entre quienes conviven a diario en un ámbito laboral tradicional.
En cuanto a aquellas empresas que ejercen actividades que las obligan a mantener el modo presencial, hay diversas indicaciones y propuestas: extremar los cuidados de higiene, ocuparse de que haya menos personas en los lugares de trabajo, dividir en dos grupos al personal para disminuir los contactos, entre otras medidas posibles. Además, formar a la gente para que tome las medidas de prevención en sus casas.
En cualquier caso, el punto central es ser capaces de generar una cultura donde todos se cuiden a sí mismos y cuiden al otro. Esto requiere algunas medidas claras y en algunos casos rígidas. Por ejemplo, si alguien regresa de viaje, que no haya discusión respecto de la cuarentena. No son sugerencias, son reglas a cumplir.
La buena noticia es que hoy las pymes cuentan con mucha más información que antes y están mejor preparadas para un escenario como este. Además su tamaño, lejos de ser una desventaja, hace que puedan adoptar las mismas medidas que las grandes compañías incluso con mayor velocidad. Y sabemos que hoy el tiempo es un factor determinante.