Hoy Lima celebra 486 años de historia. Tras casi cinco siglos desde su fundación, ¿qué le depara el futuro a la Ciudad de los Reyes? Hoy, Lima es lamentablemente una de las capitales de la región con mayor contaminación y peor tráfico vehicular. Si bien es una fecha de celebración, su aniversario es también el momento ideal para plantear una Lima del futuro, que utilice la ciencia y la tecnología para resolver sus problemas y pueda convertirse en una ciudad vanguardista.
Para lograrlo, la Universidad de Ingeniería y Tecnología (UTEC) propone iniciar el proceso de transformación de Lima en una smart city. ¿Qué implicaría esto y cómo puede lograrse? Giancarlo Flores, director de la carrera de Ingeniería Civil de UTEC lo explica.
“Las smart cities se caracterizan por usar recursos de manera eficiente. Una Lima que cuente con edificios construidos con tecnologías que les permitan recibir certificaciones de sostenibilidad ambiental y energética, por ejemplo, es una Lima en la que la energía se usará de manera eficiente. Una Lima en la que las vías y carreteras sean diseñadas para optimizar el transporte de personas y recursos —más que en maximizar el uso de vehículos privados— consumirá combustibles de manera mucho más eficiente y nos ahorrará años de vida a todos”, detalla Flores.
El especialista agregó que esto solo se conseguirá con trabajo de profesionales debidamente preparados, como ingenieros capaces de utilizar la tecnología y la ciencia a favor de la ciudad. «En UTEC sabemos que la Ingeniería Civil no es solo construcción, sino es manejo de infraestructura», en armonía con el medio ambiente y con las personas que lo habitan.
Estos son los principales ámbitos en los que podría mejorar Lima si invierte en tecnología inteligente.
- Transporte. Una de las medidas más inmediatas a tomar en Lima sería el uso de tarjetas inteligentes para el transporte público, con las que se podría cobrar tarifas diferenciadas por distancia y horario. Esto permitiría entender mejor los patrones de movilidad de las personas. Con esta información, se podría optimizar las soluciones de transporte, como el uso de buses de larga distancia o líneas de trenes que lleguen hasta las zonas de mayor demanda. Esta optimización aliviaría el tránsito, reduciría los altos niveles de contaminación y reduciría la inseguridad en áreas que tuvieran mejor acceso al transporte.
- Gestión. El transporte no se encuentra aislado en la ciudad. Necesita también un sistema integrado, con control permanente y automatizado, del número de pasajeros en cada modo de transporte, con manejo de sistemas de semáforo y de acceso a ciertas partes de la ciudad. Todo esto permitiría volver más eficiente este sistema de transporte y, con ello, reducir el tiempo que las personas pasan cada día llegando a sus destinos o permitiéndoles llegar más lejos en el mismo tiempo, mejorando su calidad de vida.
- Seguridad ciudadana. La ciudad necesita establecer puntos clave para la instalación de sensores o cámaras que permitan medir la densidad peatonal en distintas áreas de la ciudad. Así se optimizaría el uso de energía al incrementar automáticamente los niveles de iluminación solo donde hay personas circulando y reduciéndolo donde no hay peatones. De esta manera, no solo se ahorraría en uso de energía, sino que mejorarían los niveles de seguridad en zonas en las que transitan personas.
- Planificación urbana. Una smart city no es simplemente una ciudad llena de sensores. Es una ciudad diseñada para ser eficiente, en la que el empleo de sensores ayuda a optimizar esta eficiencia a lo largo del tiempo. Esto no quiere decir que solo ciudades nuevas puedan ser smart cities. Las ciudades existentes pueden transformarse en ellas si los cambios son realizados bajo una planificación adecuada. Una gran avenida en la que se instalen decenas de semáforos inteligentes no convertirá automáticamente a su ciudad en una smart city, pero si la misma avenida es modificada para optimizar el uso de transporte multimodal, entonces estará en camino de ser una.
- Resiliencia y sostenibilidad. La infraestructura tiene que ser mejor planificada. Las construcciones privadas necesitan de mejor normatividad que guíe a la aplicación de conceptos de eficiencia ambiental y energética, lo cual impulsará el diseño de edificios inteligentes o la adaptación de los actuales con la instalación de sensores y controles automáticos de energía. Por su parte, la infraestructura pública, debe readaptarse para hacer un uso más eficiente de recursos: energía eléctrica, agua, conexiones de internet que hagan todas las conexiones necesarias posibles, etc.
«Esta es la visión con la que UTEC prepara a sus estudiantes de Ingeniería Civil. Sus graduados son capaces de planificar, diseñar, construir y gestionar innovadoras obras de infraestructura con una sólida base científica, que transformarán las ciudades e industrias y potenciarán su desarrollo, bajo una visión ética y comprometida con el respeto al medioambiente. Estos son los profesionales que toda ciudad necesita para el futuro», finalizó Flores.