Por: Daniel Scarafia, vicepresidente para América Latina y Caribe Hitachi Vantara
La empresa de hoy si quiere ser competitiva debe contar con políticas de mejora continua, pero este ecosistema productivo se compone de células que conforman uno o varios procesos que no son otra cosa que un conjunto de acciones que se ejecutan dentro de un flujo de trabajo para poder cumplir con los objetivos de la compañía.
Pero ¿qué es un proceso? Tiene que ver con el funcionamiento interno de la organización, y parte como una construcción social convirtiéndose en un conjunto de actividades que permiten llevar a un mejor desempeño colectivo del equipo humano.
Estos procesos de trabajo han ido cambiando considerablemente en los últimos años, tiempo en que la Inteligencia Artificial (IA) tiene mucho que decir, aportando en identificar oportunidades de innovación y mejora continua para implementar en las organizaciones.
Según IDC, para el 2025 el volumen global de datos que circula en Internet llegará a los 175 zettabytes (ZB), lo que equivale a 175 veces la información generada en 2011.
Este aumento de datos en la web fue una catapulta para el desarrollo más acelerado de soluciones basadas en Inteligencia Artificial, que ha ido captando las preferencias en el mundo empresarial, puesto que la IA es capaz de optimizar el tiempo, y por consiguiente la calidad de vida de los trabajadores.
La Inteligencia Artificial entró con fuerza en diversos sectores productivos, y con mayor razón en tecnología y telecomunicaciones, por lo que aún se puede decir que estamos en los inicios de explotar el verdadero potencial de la IA.
La industria de telecomunicaciones y tecnologías es la que más utiliza Inteligencia Artificial, de acuerdo con estudios de Statista, aunque también está creciendo su implementación en el sector financiero, para sus operaciones de riesgo y servicios.
Los beneficios por sobre las amenazas
Con IA para automatización de procesos se pueden identificar tareas menores y repetitivas -como ya se dijo- para liberar de ellas al personal, tomar conocimiento de operaciones que ya están obsoletas, lograr mejoras en el tiempo de producción o ver el rendimiento del capital humano de las compañías, en pro de conseguir una mejor atención al cliente.
Ahora bien, no son pocas las visiones apologéticas de un escenario que restará puestos de trabajo producto de la utilización de la IA, no obstante, la proliferación de estas plataformas son más una oportunidad para justamente mejorar la productividad, eficientizando procesos y también en el análisis predictivo de datos.
Un estudio realizado por Gartner aseveró que en 2025 la cantidad de puestos de trabajo que se crearán en torno a la IA superará los 2 millones, y que diversos sectores, como salud, seguros, banca, retail y gobierno, entre otros, sabrán valerse de sus beneficios.
La invitación es a ver el potencial de la IA y su complemento con la capacidad de trabajo del capital humano y no como una amenaza. Las empresas necesitarán invertir más en capacitación de personal calificado en la utilización de estas herramientas.
Hoy, y más que nunca, el escenario exige a las organizaciones más flexibilidad, de modo tal de abrazar la innovación que representa la adopción de Inteligencia Artificial para una mejora continua de procesos.
En un escenario adverso
La implementación de Inteligencia artificial en una empresa puede ser un gran paso y un elemento de valor agregado en un escenario económico complejo, permitiendo incluso seguir creciendo de forma sostenible, producto de que se toman mejores decisiones, lo que a la postre se traduce en un mayor rédito económico.
La IA es un conjunto de tecnologías que no sólo poseen la capacidad de mejorar un proceso, sino que permite conseguir un ahorro de tiempo en su ejecución con óptimos resultados.